Por: Hernando Carpio Montoya
Se cumplen 143 años del saqueo y destrucción de Mollendo por la Armada Chilena durante la Guerra del Pacífico, hecho que ocurrió del 9 al 12 de marzo de 1880, cuando el blindado Blanco Encalada, la corbeta O´Higgins, los transportes Amazonas y La Mar aparecieron frente al puerto con su siniestro mensaje de destrucción.
El batallón de Navales y los Regimientos 2.º y 3.º de línea, al mando de los coroneles Orozimbo Barboza y Baldomero Dublé Almeida desembarcaron al norte de Mollendo, desde donde avanzaron y ocuparon la ciudad sin resistencia. Luego, cuando la tropa ingresó a los almacenes de la aduana, robaron mercadería y licor, con el que se emborracharon y pronto, no pudieron ser controlados.
La ciudad, construida en madera, fue saqueada e incendiada, abusaron de las mujeres que debieron buscar refugio en casa de los cónsules extranjeros, la estación del ferrocarril, que era una de las mejores de Sudamérica, fue desmontada y robada como trofeo, las instalaciones fueron dinamitadas. No se salvó ni la Iglesia Matriz del Mollendo, asaltada e incendiada.
Cuenta la historia que el párroco de Mollendo, el “Tata” Arenas, trató de defender el templo, casi con su vida y lanzó a las tropas chilenas un grito que, pasados 143 años, sigue haciendo eco en la historia: “Malditos hijos de Satanás, abusáis de los desposeídos”. El párroco trató inútilmente de apagar incendios en una ciudad que no tenía bomberos, encaró a los oficiales chilenos y les profetizó que un día serían víctimas de su propio salvajismo.
LA NOVELA “MORIREMOS EN EL MAR…”
Los detalles de esta barbarie, olvidada por la historia peruana, y olvidada por los propios mollendinos, están narrados en el capítulo 3, “Cenizas al viento” de la novela “Moriremos en el Mar, la hazaña de la corbeta Unión”, de mi autoría, publicada en setiembre del 2022 y que se vende a nivel mundial a través de la plataforma de internet Amazon.com.
La novela trata sobre la doble ruptura del bloque de Arica, realizado por la corbeta Unión al mando de los comandantes Manuel Villavicencio y Arístides Aljovín, el 17 de marzo de 1880, brillante acción de armas que en su momento dio la vuelta al mundo, pues una nave de madera, con discreta artillería desafió y escapó de los blindados chilenos, entrando a Arica, puerto bloqueado por la armada sureña, y salió combatiendo en un prodigio de audacia, considerada una de las acciones más gloriosas en la historia naval mundial.
Esta joya de nuestra historia, al igual que la destrucción de Mollendo, pasan casi desapercibidos, ni siquiera aparecen en los segmentos “Un día como hoy” de algunos medios de comunicación, y es que los peruanos hemos ido poco a poco perdiendo nuestra identidad, el interés por la historia y ese sentimiento que nos unía a nuestros héroes y personajes que forjaron la patria.
REFLEXIÓN Y AUTOCRÍTICA
Motivo de reflexión y autocrítica. La Municipalidad Provincial de Islay debería hacer algún acto protocolar en recuerdo de la fecha, la Marina, convocar concursos escolares en toda la provincia sobre este tema. Los medios de la provincia deberían recordar en sus noticieros el hecho y rendir homenaje al “Tata” Arenas, quien, con la experiencia de la barbarie, fue alcalde de Mollendo dos veces, fundó la compañía de bomberos y nos legó la Cruz de Fierro, tal vez como mensaje para estar siempre vigilantes de los peligros en el horizonte.
Cuenta la novela que, durante el saqueo de Chorrillos luego de la batalla de San Juan, recordando Mollendo, Baldomero Dublé Almeida fue acribillado por sus propias tropas cuando quiso detener el saqueo y la barbarie, tal como se lo predijo el “Tata” Arenas. Estos y muchos pasajes desconocidos de nuestra historia están delicadamente narrados en la novela “Moriremos en el Mar”, esperando que los peruanos se embarquen en sus páginas para navegar en la aventura de redescubrir nuestra identidad.