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22 noviembre, 2024 1:31 pm

En defensa de la vida y por una reactivación económica inclusiva y solidaria

El primer capítulo de la ruta debe ser la implementación urgente de la salud publica dotándolo del presupuesto requerido, equipos y medicinas abarcando gratuitamente a la población más vulnerable.

El título del texto es también el título de la propuesta, ante la actual coyuntura, del Centro educacional, ocupacional y de promoción (CEOP Ilo), que consideramos muy oportuna y fundamental para garantizar la salud de nuestra población y la reactivación económica de nuestro país, departamento y localidad, del cual rescatamos algunas referencias.

Han pasado más de 90 días de estado de emergencia ante la pandemia del Covid-19 y en el transcurso se ha evidenciado que la famosa alta competitividad que tenía Moquegua no traslucía la pobreza, la informalidad y la baja implementación del sector salud. Sumemos el bajo gasto presupuestal en todos los niveles de gobierno y el titubeante compromiso empresarial con el desarrollo local, nos encontró ante el Covid-19 muy vulnerables a sus efectos y consecuencias.

Si bien la decisión del gobierno central de declarar la cuarentena, abrir el fondo de emergencia para expedir bonos de apoyo social, creación de fondos de créditos a bajas tasas y otras medidas urgentes fueron acertadas por sus intenciones, sin embargo, han sido deficientes en su aplicabilidad y resultados. La pandemia sigue expandiéndose, empresas al borde del cierre, más trabajadores en desempleo y población desesperada por agenciarse de ingresos y también mercantilistas insensibles, sin control, que suben las tarifas del servicio sanitario, las medicinas y el oxígeno.

El momento actual y futuro incluso con vacuna podría ser nefasto para la vida y la economía si nos quedamos en el muro de muro de las lamentaciones, es mejor convocar la inteligencia de la sociedad y sus autoridades para prospectivamente construir las estrategias y ejecuciones que enfrenten el hambre, desempleo y la letalidad. El primer capítulo de la ruta debe ser la implementación urgente de la salud publica dotándolo del presupuesto requerido, equipos y medicinas abarcando gratuitamente a la población más vulnerable. El presupuesto existe siempre en cuando este sea reprogramable. Primero la vida y segundo la vida también.

En segundo lugar, la reactivación económica con características de garantice el empleo masivo, inversión pública eficiente y atraiga la inversión privada. El gobierno regional debe realizar sus compras a los proveedores, en especial a las Mypes del departamento, empezar a promover nuevos emprendimientos, crear fondos rotatorios y apoyar las cadenas productivas con el Procompite, declarar de interés los Parques industriales tecno-ecológicos en clúster con las grandes empresas, generar buenos proyectos con gran impacto económico – social, priorizar a la gerencia de la producción para acompañar más efectivamente a las Mypes de la región.

Los municipios como gobiernos locales deben ser verdaderos promotores del desarrollo económico y no como hasta ahora que tienen a estas áreas o gerencias pintadas en actividades intranscendentes. También el gobierno local debe aplicar transparencia e decisión de realizar las compras en la localidad o departamento, comenzar a apoyar a los micro y pequeños empresarios en sus protocolos, simplificación virtual de la licencia funcionamiento, promover obras que capten más empleo; es transcendental la actualización del SISFOH con un trabajo de diagnóstico de campo y no encerrados en las cuatro paredes, cambiar sustancialmente la gestión de los mercados y ferias que son focos de infección y contaminación, asegurar que el transporte urbano cumpla con los protocolos y su vez prohibir las unidades que están en mal estado o cumplieron se periodo de vida.

Del lado de las empresas la responsabilidad social debe ser concertada con las autoridades locales y regionales y con la sociedad civil para tener planes conjuntos, establezcan una política de interrelacionarse con los proveedores locales, asegurar a sus trabajadores que en sus espacios el Covid-19 no está presente, proponerse a conversar para contribuir a implementar los hospitales y centros de salud con campañas, equipos y materiales contra la pandemia.

Si bien la sociedad civil ya ha comenzado abrirse campo en aportar ideas, propuestas y proyectos, esta debe ser más agresiva pues ha sido la gran ausente en los 90 días. Por ejemplo, los colegios profesionales deben hacer lo que deberían nacer: pronunciarse, investigar, capacitar entre otras responsabilidades. Las autoridades en general tienen que allanarse ante la sociedad civil facilitando la participación ciudadana de manera efectiva y continua.

Análisis & Opinión