Entiendo que el miedo al contagio de los hijos, padres y familiares aumente nuestra sensibilidad en estos días. Entiendo también que la frustración por las fallas en la gestión de esta crisis por parte de nuestras autoridades regionales nos enoje extremadamente. Admito también que este enojo nos hace buscar “chivos expiatorios”.

Criticar y culpar a “otros” es comprensible en estas circunstancias.

Pero… ni el miedo, ni la frustración, ni el enojo, ni la crítica permanente y, mucho menos, la búsqueda de “chivos expiatorios” son actitudes útiles, pues no contribuyen a reducir nuestra vulnerabilidad ante el covid-19.

Seamos más propositivos.

Ahora, si tienes una radioemisora y te dedicas a criticar y a culpar diariamente y no haces propuestas técnicas, entonces no eres parte de la solución. Al contrario, causas alarma social, distorsionas la realidad y haces perder la perspectiva.

Reflexionen comunicadores, reflexionen.

En plena pandemia – con el miedo metido en nuestros corazones, con la angustia por lo que puede venir, con la desesperanza en los ojos de tantos padres y madres – las mentiras, acusaciones falsas y exageraciones malintencionadas de nuestros pseudo comunicadores son imperdonables. No suman. Restan y dividen.