En esta ocasión nos permitimos entrevistar a César Caro Jiménez, quien postula a congresista por la Región Moquegua con el número 1, por el Partido Popular Cristiano (PPC). Y decimos poco común, porque en gran parte de los artículos de su autoría que hemos publicado, siempre ha manifestado su rechazo o descontento tanto a la forma de hacer política en el Perú, como a los resultados electorales, lo que se refleja en una frase que ha repetido en varias ocasiones: “Ante ciertos resultados electorales, respecto a que la voz del pueblo es la voz de Dios, solo me queda decir que en política me considero ateo”, por lo que inicialmente a la vez que se lo recordamos le preguntamos el porqué de su postulación.
“Es una pregunta que muchos amigos lo inquieren directamente con algunas leves muestras de aprobación, las cuales son infinitamente menores a la de aquellos que reprueban el que está participando en una contienda electoral a esta altura de mi vida, arriesgándome a ser víctima de aquellos poco informados o que han hecho del insulto y las mentiras su mejor arma, a falta de argumentos e ideas… ¡Es cierto! Pero a la vez creo, producto de mis lecturas y experiencias, que no hay peor riesgo que el que no se corre.
Y si en esta aventura consigo colocar en el escenario político y social algunas propuestas y observaciones respecto a las nuevas realidades que sobre todo las nuevas generaciones están y deberán seguir afrontando en el estado, en la política, en la economía y en la sociedad que nos ha tocado vivir, podré decir tarea cumplida.
Y aquí una observación: desde 1970 en que publiqué mi primer artículo, hasta la fecha siempre he escrito sobre el devenir presente recibiendo más diatribas y silencios que aprobación. Estoy seguro que de haber escrito sobre hechos pasados e históricos hubiese sido todo lo contrario.
¡Pero no me arrepiento! Por ello hoy, como candidato del PPC, comparto su ideario sobre todo en cuanto al papel del Estado, propietario de todas las fuentes naturales de riqueza, y por lo que debe vigilar por su máximo aprovechamiento en beneficio común y sin mengua de su soberanía, marco en el cual me baso para presentar una serie de propuestas que de ser electo serían presentadas como Proyectos de Ley, como también una relación de las gestiones que efectuaría en procura de conseguir mayores y mejores recursos y herramientas para impulsar el desarrollo de la Región Moquegua, con incidencia en la Macro Región Sur del Perú, la cual viene siendo postergada o limitada por el agobiante centralismo limeño.
Y en dicho sentido, considero vitales, aparte de varios otros proyectos o gestiones que pueden apreciarlos, en mi Facebook, impulsar prioritariamente que se establezcan convenios y disposiciones legales y económicas conjuntamente con un cronograma de plazos y acciones que permitan hacer realidad el denominado Corredor Ferroviario Bioceánico Central e iniciar los estudios pertinentes, para modernizar el terminal de ENAPU o construir uno nuevo.
Asimismo, procurar que el citado proyecto sea considerado dentro de los “52 proyectos de infraestructura de alto impacto” priorizados por el Gobierno para construirlos al 2030 con una inversión cercana a los cien mil millones de dólares, como también incluir alguno del departamento en el portafolio de Pro Inversión que considera lograr que se inviertan al 2022, USD 9,211 M en 51 proyectos a nivel nacional. ¡Moquegua no puede ser la excepción!
Un segundo aspecto prioritario, dado que puede decirse que el Perú es “dueño de nada” en lo que respecta a la actividad minera, dado que todas las empresas planifican y tienen objetivos propios, generalmente ajenos a los desarrollos locales y nacionales, y que usualmente toda su producción está destinada a mercados externos, se hace necesario revisar algunos aspectos de la actual legislación minera, en procura de evitar que con el cobre ocurra lo mismo que sucedió con otras riquezas naturales, como el guano, el salitre, el caucho, etcétera, que tan solo beneficiaron a las empresas y a una casta burocrática, vía altos sueldos y escándalos de corrupción, como por ejemplo el caso Deyfrus o la Casa Grace, que son los Odrebecht de siglos pasados.
Y tratando de paliar dicha situación, teniendo como referente la denominada Renta Joven y los experimentos que se están haciendo a nivel mundial para establecer la denominada Renta Básica Universal, establecer con carácter experimental un programa en la Región Moquegua, el cual beneficiaría a cinco mil personas, dos mil en Mariscal Nieto, dos mil en Ilo y mil en Sánchez Cerro los que percibirían mil soles mensuales durante un año. Sesenta millones provendrían del canon minero y otra cantidad similar de las utilidades netas de la Southern.
Dicha subvención se otorgaría en un 10% a personas de la tercera edad en estado de indigencia; 20% a desempleados (a) en los últimos dos años; 20% a madres solteras sin trabajo y sin recursos; 20% a estudiantes universitarios del tercio superior de las universidades locales con problemas económicos; 20% para jóvenes emprendedores y 10% a personas sin recursos con enfermedades terminales. Requisito indispensable: vivir en Moquegua y haber votado en las últimas elecciones.
Y en cuanto a que critico el actual proceso electoral, tan solo podría decir que no ha habido debates, porque tanto los organizados por algunos medios como por el jurado electoral, en razón a la cantidad de candidatos y los tiempos han convertido a los mismos en meras caricaturas a pesar de las buenas intenciones, a lo que se sumó que solo se hayan tratado levemente los grandes temas nacionales, descuidando totalmente la problemática regional.