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5 febrero, 2025 11:58 am

Gobernadora Gilia Gutiérrez recurre al dramatismo tras dos años de respaldo al gobierno central sin exigir soluciones para Moquegua

Promete defender Moquegua, pero su discurso victimista contrasta con la inacción frente a la contaminación del río.

POR: JULIO FARFÁN VALVERDE

El quinto día de huelga indefinida en Moquegua, este sábado, estuvo marcado por la llegada del ministro de Economía y Finanzas, José Arista Arbildo, quien además coordina el Consejo de Ministros en el departamento. Las movilizaciones, en reclamo por la inacción del Ejecutivo Nacional ante la contaminación del río Coralaque, incluyeron el bloqueo del puente Montalvo, que amaneció cerrado como parte de las medidas de protesta.

Fotos: GORE Moquegua

En una reunión celebrada en la sede del Gobierno Regional de Moquegua, destacó la actitud de la gobernadora Gilia Gutiérrez, cuya estrategia pareció centrarse más en gestos dramáticos que en propuestas concretas. Esto resulta especialmente cuestionable tras dos años de inacción y un respaldo constante a la gestión presidencial, sin avances significativos para la región.

En un discurso más cargado de dramatismo que de sustancia, la gobernadora regional de Moquegua, Gilia Gutiérrez Ayala, se pronunció sobre los intentos de generar divisiones entre las autoridades y la población de la región. Con una postura que pareció buscar más impacto emocional que soluciones concretas, criticó la actitud de un ministro, a quien acusó de fomentar enfrentamientos.

“No me puedo callar contra un ministro que quiere enfrentarnos a las autoridades, que quiere enfrentar a la gobernadora con el pueblo de Moquegua. Yo no lo voy a permitir. Yo he sido elegida por el pueblo de Moquegua, no le debo nada a nadie, le debo nada más a mi pueblo y no me vendo”, expresó con vehemencia.

Gutiérrez incluso insinuó medidas extremas como encadenarse en Lima junto a los alcaldes de la región para exigir atención. “Si me tengo que encadenar en Lima para que nos escuchen, mañana me voy a Lima con mis alcaldes y me encadeno, porque Moquegua se respeta. Los derechos de Moquegua no se negocian, no se venden, se defienden. Punto.” Expresó durante la reunión entre las autoridades locales y el ministro de Economía José Arista Arbildo, para tratar la protesta sobre la contaminación del río Coralaque.

Pese al tono victimista de su discurso, las palabras de la gobernadora generaron dudas entre los asistentes sobre la autenticidad de su compromiso. Esto se debe a la falta de acciones concretas para resolver los problemas de la región durante los dos años que lleva en el cargo, periodo en el que ha respaldado consistentemente la gestión de la presidenta Dina Boluarte sin promover soluciones significativas para Moquegua.

Arista Arbildo convocó a una reunión con autoridades locales y representantes de la sociedad civil en la sede del Gobierno Regional de Moquegua, con el objetivo de coordinar acciones frente a la crisis. Aunque inicialmente se impidió el ingreso de la prensa local, luego de un pedido de transparencia, se permitió la cobertura del evento.

En su intervención, el ministro aclaró que su objetivo no era resolver directamente los problemas urgentes, sino coordinar la llegada de los especialistas adecuados para abordar los temas pendientes.

«Mi labor acá no es solucionar los problemas; mi labor es coordinar una reunión. No vengo para resolver los problemas del Ministerio de Energía y Minas, ni del Ministerio de Salud o Transportes, como ellos no pueden hacerlo con Finanzas», señaló Arista.

Grthel Cayo, dirigente social de Omate.

El ministro destacó que su función era establecer plazos, metodologías y tiempos, y coordinar con las autoridades pertinentes para solucionar las diferencias. «Mi objetivo es coordinar con ustedes para que la persona apropiada venga a solucionar los problemas en coordinación con ellos», reiteró.

A pesar de las explicaciones del ministro, las autoridades y representantes de la sociedad civil expresaron su desconfianza hacia el Gobierno Nacional, solicitando que se cumplan los compromisos previos. Manifestaron que ya no desean más mesas de diálogo, pues consideran que estas solo han sido una «mecida», y afirmaron que ya no creen en las promesas del Ejecutivo.

Análisis & Opinión