POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ
Anoche, mientras cerraba los ojos, me sumergí en un sueño que parecía más una visión del futuro. En mi mente se proyectaba la construcción de un tren que unía Ilo en Perú con Santos en Brasil, atravesando Bolivia. Esta conexión ferroviaria no solo acortaba distancias, sino que fomentaba el comercio y la integración entre los países vecinos.
El tren recorría paisajes magníficos, cruzando montañas y valles, conectando ciudades y pueblos a lo largo del camino. Los vagones cargados de mercancía y pasajeros daban vida a esta ruta que antes era solo un sueño.
Pero mi visión no se detenía allí. También veía la modernización o construcción de un terminal portuario en Ilo, convirtiéndolo en un punto estratégico para el intercambio comercial marítimo. Grandes barcos llegaban cargados de productos de todo el mundo, mientras que los buques partían hacia distintos destinos, llevando consigo la riqueza y el progreso de la macro región sur.
Este sueño encadenado me hizo reflexionar sobre el potencial de nuestro país y de la macro región en su conjunto. La integración a través de la infraestructura y el comercio es clave para el desarrollo sostenible y la prosperidad de nuestros pueblos.
ILO: PUERTO Y PROSPERIDAD
Por otro lado, visualicé que Ilo se había convertido en un puerto moderno y funcional en, donde la actividad comercial y logística se desarrollaba de forma fluida y eficaz. La construcción o modernización de un terminal portuario en esta ciudad costera no solo impulsaba su economía, sino que también fortalecía los lazos comerciales con otros países de la región.
Ambas imágenes están conectadas de alguna manera, como si la construcción de una línea férrea entre Ilo y Santos estuviera directamente relacionada con la modernización de los terminales ileños. Quizás este sueño encadenado sea una señal de que es hora de invertir en infraestructura ferroviaria y portuaria en esta región, para impulsar el desarrollo y crecimiento integral a largo plazo de todo el sur del Perú.
¡Y para lograrlo no basta efectuar un evento y nombrar una comisión! A través de estos años he visto el desarrollo de innumerables programas “técnicos” y de los otros, aparte del nombramiento de diversos comités, que lo único que han hecho es correr y seguir corriendo en el mismo sitio.
Y si bien es cierto que la creación de una comisión para abordar este tema puede ser un primer paso importante, no se puede depender únicamente de la burocracia y los trámites administrativos para lograr una verdadera mejora en la infraestructura portuaria y ferroviaria. En tal sentido es importante recordar las palabras de Napoleón sobre la eficacia de nombrar a un responsable para llevar a cabo una tarea de manera rápida y eficiente. Y en ese caso, –de ser necesario–, que el responsable designe a las personas que considera idóneas para acompañarlo en la modernización del terminal portuario de Ilo, en el menor tiempo posible.
Además, es fundamental tener en cuenta que cualquier proyecto de esta magnitud requiere de una inversión considerable, por lo que es indispensable contar con los recursos financieros necesarios para llevarlo a cabo con éxito. El dinero no solo servirá para construir nuevas instalaciones y adquirir equipos modernos, sino también para asegurar la operatividad y el mantenimiento adecuado del terminal portuario en el futuro.
En resumen, la modernización del terminal portuario de Ilo no puede limitarse a la creación de comisiones o la realización de trámites administrativos. Es necesario contar con personas comprometidas y capacitadas, así como con los recursos financieros suficientes, para garantizar que este importante proyecto se lleve a cabo de manera eficiente y con resultados tangibles en el corto plazo.
MÁS ALLÁ DE LOS SUEÑOS: ACCIONES TANGIBLES
Y ello, creo que solo podrá lograrse en la medida que tanto el sector estatal, privado y la sociedad civil converjan en un gran pacto social que, en primer término, analice y de solución final y definitiva a los diversos desencuentros que aún persisten en tensa espera, en distintos espacios, tras lo cual, –me permito sugerir–, se comprometan a escucharse mutuamente y recurrir a quienes realmente saben en aspectos ferroviarios y portuarios, para delinear un desarrollo armónico e inclusivo.
Y en tal sentido, es vital que nuestras principales autoridades intenten conseguir una reunión –reitero la idea–, con el dueño del Grupo México en procura de interesarlo bien a él o a uno de sus hijos, que preside Ferromex, que es la división ferroviaria del Grupo México (que controla y administra el 100% de las vías férreas mexicanas), a analizar los pros y los contras en cuanto la posibilidad de administrar el denominado Corredor Ferroviario Bioceánico Central.
Como también, recurrir a un convenio con alguna entidad portuaria internacional para definir cuál puede ser la mejor alternativa, porque el tema no es tan simple: se necesita, hacer varios estudios como, por ejemplo, un estudio de ingeniería estructural: Se necesita realizar un estudio detallado de la ingeniería estructural del rompeolas, incluyendo el diseño de cimentaciones, muros, escolleras, enrocados, entre otros elementos.
En la actualidad, la planificación y ejecución de planes de desarrollo exitosos se ha vuelto una tarea cada vez más compleja y demandante, debido a la diversidad de aspectos técnicos y especializados que deben ser tomados en cuenta. Es por ello que resulta crucial reconocer que, en muchas ocasiones, los profesionales provincianos carecen de la experiencia y conocimientos necesarios para delinear estrategias efectivas que impulsen el crecimiento y desarrollo de sus regiones.
Ante esta realidad, es imperativo recurrir bien a entidades especializadas y de prestigio en el ámbito del desarrollo económico y social, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y también ver la posibilidad de celebrar convenios con las grandes empresas especializadas como son por ejemplo la Autoridad Portuaria de Sevilla, Bilbao o Barcelona.
Al delegar la responsabilidad de la planificación y ejecución de planes de desarrollo en manos de expertos, se garantiza una visión más integral, objetiva y basada en evidencia, que maximice las posibilidades de alcanzar resultados positivos y sostenibles a largo plazo. Asimismo, se evita caer en errores comunes derivados de la falta de conocimientos técnicos, que pueden obstaculizar el progreso de una región y limitar sus oportunidades de crecimiento.