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22 noviembre, 2024 3:28 pm

Andrés Franco Longhi

“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”- Ortega y Gasset

POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ   

Conozco a Andrés Franco Longhi desde hace muchos años en Ilo, cuando recién graduado en la Universidad Nacional de San Agustín, en Ciencias Administrativas y teniendo además amplios conocimientos en otras especialidades como en Economía, Biología y Física, utilizaba los mismos en el Grupo Pesquero Rodríguez, en la provincia de Ilo, donde tuvo mucho con ver con los productos pesqueros que dicha empresa confeccionaba, muchos de los cuales tenían como producto estrella el denominado omega 3.

Posteriormente, siempre llevado por su espíritu inquieto e innovador, ha desempeñado otros cargos en diversas otras empresas, siempre en las primeras líneas y tratando siguiendo la reflexión de Ortega, de que el hecho de hacer empresa tenga en cuenta en grado superlativo al ser humano, que debe beneficiarse en mayor grado de toda actividad productiva, idea o aspiración que siempre lo guía a tal punto que hoy que se desempeña en la gerencia general de Bear Creek Mining, el proyecto argentífero de Corani, en Puno, que además lleva a cabo un intenso programa de exploraciones en diversas partes del país, cargo que esperamos siga permitiendo a Andrés seguir investigando y creando innumerables innovaciones de carácter tecnológico de gran impacto que se llevan a cabo en diversas comunidades campesinas, las cuales no son de conocimiento público,  tanto por el desinterés, ignorancia, envidia o superficialidad colectiva de casi el cien por ciento de nuestras autoridades  que no pueden aceptar que a 5,000 m.s.n.m., las comunidades de Chacaconiza y Quelcaya, compartan un Centro de Innovación Tecnológica, (CIT), contando con  el apoyo de una empresa privada canadiense (Bear Creek), que vienen creando una serie de productos, con sus propios recursos naturales, lo cual les permite ir saliendo de la situación de pobreza en que se encuentran.

Entre ellos podemos citar, tan solo por problemas de espacio y no de ganas, por ejemplo:  ropa que vigila el estado de la salud; viviendas “inteligentes” a más de 5,000 m.s.n.m. y otras tantas invenciones, contando además con el respaldo internacional de la Universidad de Oxford y del Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Ahora bien, te preguntarás estimado lector cual es el propósito de la presente nota, en un medio acostumbrado bien a la sobonería, a la caricatura institucional y científica y por último a la mera envidia que se refleja en el desinterés, ninguneo y deseo que las cosas sigan como están para beneplácito y gozó de las grandes mayorías que se quejan en privado, pero actúan como los monitos clásicos, (no ven, no escuchan, no hablan).

La respuesta es simple: hacer una pregunta y una sugerencia.

¿Considerando que todas las regiones de la macro sur, –sin considerar al resto del país–, reciben un porcentaje del canon minero que en principio debería estar destinado a la investigación, cuanto han recibido las universidades y cuales son los resultados de las investigaciones?

Y la sugerencia, va por reiterar una propuesta, para que no se banalicen las investigaciones y los investigadores ¿Por qué no crear al igual que en otros países, como por ejemplo –guardando las distancias–, en algún lugar del sur, –como me gustaría que fuera en Moquegua—un centro de investigaciones como Silicon Valley, el que muy bien podría estar dirigido y/ o asesorado por nuestro amigo Andrés Franco Longhi, a quien le hago llegar mi admiración, respeto y agradecimiento por su personalidad y el espíritu de desprendimiento y colaboración que siempre ha demostrado.

Sería la mejor manera de que los recursos no se malgasten o se pierdan en “investigaciones” y “aportes” que hasta la fecha no han dado ningún resultado, salvo favorecer a ciertos “aventureros de la política” …y conste que tampoco pueden evadir su responsabilidad las grandes empresas sobre las mineras que deberían apostar en lugar de financiar espectáculos estólidos por la educación, educación y más educación, pero de calidad.

Análisis & Opinión