POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEOP ILO)
El Instituto Peruano de Economía (IPE) ha publicado su investigación correspondiente 2023 y nuevamente los departamentos del sur del Perú ocupan los primeros puestos en competitividad regional, después de Lima.
Así tenemos que Moquegua es la segunda región en general más competitiva del país y específicamente está en el primer lugar en el Entorno Económico, Instituciones, segundo lugar en lo Laboral y Educación, cuarto en Infraestructura y Salud.
Tacna es la tercera región más competitiva del escenario nacional y se encuentra siempre entre cinco los primeros puestos de los sectores evaluados entre las regiones. No muy diferente le ocurre a Arequipa que en competitividad nacional ocupa el cuarto lugar y específicamente en lo económico, infraestructura, salud, laboral está en tercer lugar, además cuarto lugar en educación. Los cuadros comparativos de competitividad son entre las 25 regiones del país y no deja de asombrarnos las menciones de los departamentos de la región sur oeste del país.
Los que leen el estudio o escuchan la información de Incore (Índice de Competitividad Regional) 2023 afirmarán categóricamente que Arequipa, Moquegua y Tacna están entonces muy bien, vivirán felices, contentos comiendo perdices. La verdad es que no es tanto ni tan poco.
Primero porque que la evaluación de Incore aborda seis pilares de estudio: economía, educación, salud, laboral e instituciones solo en la parte de la competitividad que consta de 40 indicadores sobre los cuales establece un margen de 0 a 10 puntos para armar cuadros comparativos entre las regiones del país. Entonces una región puede estar en el segundo o tercer lugar y eso no quiere decir que sea el mejor del mundo. Digámoslo más simple y futbolísticamente, puedes decir que estas en el primer lugar de la tabla de posiciones, pero no dices que estas en la segunda división de la liga de futbol.
Entonces, si los resultados lo comparábamos con otras regiones del mundo, allí si estamos muy lejos de los primeros lugares comparativamente hablando. Este es el caso de Educación que en los rankings de Piza estamos muy abajo o mejor bien abajo. De otro lado, este margen de un mínimo cero y máximo de 10 acorta las distancias entre Lima región con todo el resto de las regiones y la estadística nos demuestra que la capital es un edificio de 40 pisos mientras que el resto con las justas no pasan de los edificios de dos pisos.
Otro detalle que hace particular al estudio es que utiliza el promedio simple entre los puntajes. En la estadística esto es bueno y malo a la vez. Bueno porque a través de la media puedes comparar resultados y es malo porque no trasluce la realidad que a veces es diferente y dramática.
Pongamos un ejemplo de ello, supongamos que hay tres personas, la primera gana 40 mil soles y las otras dos ganan 5 mil soles. Su promedio de ingreso seria de 25 mil soles. Deduciría entonces que cada uno de ellos gana esa cantidad y eso no es real. Y en Moquegua y Tacna el promedio es más enturbiador porque el total de los ingresos y otros se dividen por el bajo número de habitantes que tienen. De tal manera que aparecemos con una media con altos ingresos y eso no es real.
Lo mismo sucede con la producción minera precisamente en los departamentos de Moquegua, Tacna y un poco menos en Arequipa en donde es el sector minero que aparece como el más alto en producción porque su valor se obtiene multiplicando la cantidad de producción con el precio internacional de los metales. Es la minería la que hace que las regiones que lo tienen aparezcan como altamente competitivas.
Este es el caso, por ejemplo, de la región Apurímac que años atrás aparecía con baja competitividad hoy comienza a escalar más hacia arriba y la razón está en el funcionamiento de la una de las minas de cobre más importantes del mundo. Y si bien algunos indicadores comienzan son más positivos, la región sigue cargando la pobreza pues de cada diez habitantes cuatro de ellos son pobres.
¡Entonces la investigación no vale! Si vale, es un estudio que tiene su propia metodología, pero no es la única pues tiene sus limitaciones que deben ser realizadas por otras metodologías para medir los impactos en el desarrollo, el por qué la informalidad se está convirtiendo un acontecimiento normal y corriente. Responde también el por qué Moquegua, por ejemplo, por más de una década aparece en los primeros lugares de competitividad y hasta ahora no logra diversificar su estructura productiva y más oportunidades para los microempresarios.