POR: ENRIQUE LAZO FLORES     

La caída de las inversiones mineras a inicios del año, están dando una alerta de lo que podría ser el año 2023, según los pronósticos del Banco Central de Reserva del Perú. la proyección a la baja podría ser más bajo aún.

Y la razón para esta caída son los conflictos sociales en el sector minero, que están minando la estabilidad en la recuperación de la economía y a ello se suma que los grandes proyectos de inversión minera culminan este año y empiezan la etapa de producción.

Si las proyecciones no son esperanzadoras, el panorama para el sector minero no es nada alentador, pese a que se crearon mesas de diálogo como un  mecanismo para dar soluciones a los conflictos, en algunas funcionan y en otras no, o nacen más conflictos en donde no se pensaban que se presentarían estos casos, lo que indica que la oleada de protestas están creciendo en el país, mientras que este gobierno demostrando su incapacidad de hacer respetar la constitución, está permitiendo que los problemas agobien su gestión, poniendo en riesgo que en cualquier momento estalle un conflicto de esas que no podrán detenerlo, salvo deje el cargo.

Esos escenarios, ya el Perú lo vivió y la experiencia nos hace escuchar su voz, que no hay otro camino que señale el pueblo desde las calles, agobiados por  la pandemia que no pasa, la falta de trabajo que hace crecer la informalidad, la tercerización hace temblar al empresariado y afecta la productividad, el costo de la canasta familiar se hace inalcanzable para sectores más pobres, el alza del combustible hace crecer la carencia en el mercado y esto, en cualquier momento va a generar una explosión que va derrumbar la economía, mientras el Ejecutivo se pierde en su tragedia de los dimes y diretes, trasnochando en espera de un nuevo amanecer con la duda, donde si acabará el día a su favor o será abandonando el Palacio de Gobierno para no volver.

Se acercan los días donde las decisiones políticas provocará dolor y hambre al pueblo, la crisis mundial afecta a todos y la única esperanza que puede salvarnos está al filo de la navaja y la actual administración gubernamental no le está dando la importancia debida al que históricamente soporta la economía del país, la minería, es un grave error de soslayar este sector, lo dijimos y lo sostenemos que la minería es y será la única alternativa a la que debe recurrir Pedro Castillo, si quiere sortear los problemas de recesión mundial que nos empieza a agobiar.

El sector empresarial esta contra la pared, a la crisis laboral se suma la tercerización y pide al Congreso derogar el Decreto Supremo 001-2022 del MTPE, que prohíbe la tercerización laboral en las actividades principales de la empresa, esa sería una medida acertada para evitar el desplome de la inversión privada y de la confianza empresarial. Empero todo parece indicar que la miopía de Pedro Castillo y sus ministros, no les deja ver que el crecimiento de la inversión privada se está derrumbando. Y hay que hacer algo y urgente.

La incapacidad del gobierno está provocando que el principal motor del crecimiento económico del país, el generador del empleo, el factor que genera la reducción de la pobreza, empieza a reducir sus efectos y va camino a la paralización más drástica que va hacer crecer el desempleo y la pobreza.

Ante estas amenazas, el pueblo se pregunta, ¿Qué hizo el Congreso para que la inversión privada no decaiga?, Nada. Porque está permitiendo que el Poder Ejecutivo implante la privatización de la minería, promoviendo una nueva Constitución.

El Perú en este momento vive una tragedia, quiérase o no, este gobierno está cometiendo un crimen con la población desprotegida, con los pobres, con los que no tienen oportunidad de trabajo, a ellos los está sometiendo a un proceso de destrucción sistemático, imitando modelos que no funcionaron en Cuba, Venezuela y otros países, donde solo obtuvieron resultados negativos, con severas ausencias de trabajo, salud y educación, prohibidos para la población. Para Pedro Castillo y el partido Perú Libre, sería su objetivo.

Las amenazas de más conflictos parecen concretarse en estos días, es la respuesta a los anuncios de una nueva constituyente, a las privatizaciones y nacionalizaciones del sector minero, la poca atención que el Estado otorga al sector empresarial parece indicar las intenciones de ahogar a la minería, la tendencia crece y se ve en los recientes conflictos nuevos que aparecen, eso debilita las posibilidades de nuevas inversiones mineras en el país.

Ya lo advirtió el Oscar Graham, ministro de Economía y Finanzas (MEF) en un reciente evento mundial de la minería, que “pese a los esfuerzos que hace el gobierno”, se prorrogaría las exoneraciones a la exploración en minería e hidrocarburos, porque empezó a sentirse la ausencia de las grandes corporaciones e inversionistas en el Perú, prefiriendo dirigirse a otros lugares como Ecuador donde la seguridad jurídica que ofrece es mejor.

Sin duda que las intenciones destructivas de este gobierno, debe hacer reflexionar al pueblo, y es necesario hacerles recordar que la minería hoy por hoy y pese a los conflictos, representa más del 60% de las exportaciones, el 10% del PBI y el 12% del total de la inversión privada. Además, en el año 2021, la minería aportó más de S/ 14,000 millones al fisco, sosteniendo la economía nacional, como no lo hizo ningún otro sector y es por el sistema tributario de la minería.

Desde otro frente, el Congreso está jugando su partido, hace lo imposible para sacarlo del medio a Castillo pero no halla la fórmula, todas las que emplearon fueron desbaratadas porque los negociados a la interna de las bancadas  obstaculizan todo cálculo a emplear, La mesa directiva no acierta como  promover una vacancia política, pese a que a Castillo se le culpa de ser un incapaz con harta dosis de improvisación, a Maricarmen Alva también se le atribuye tener ambición por el poder, ambos no generan confianza y el pueblo pide que se vayan todos. En este escenario cualquier cosa puede pasar antes del 28 de julio.

Se viene una nueva Mesa Directiva del Congreso, y los que sean elegidos tendrán una enorme responsabilidad de recuperar la confianza del empresariado, que son los que realmente sostienen la economía de todo el país, son los que con mucho esfuerzo generan puestos de trabajo a través de emprendedores que invaden mercados formales e informales y mueven el comercio interno, convierten la lucha contra la pobreza en un argumento válido para sobrevivir a esta crisis que se avecina. La respuesta debe ser una. Evitar ahogar a la minería y ejecutar la cartera de proyectos mineros para combatir el hambre, la pobreza y la falta de trabajo.