Por: Edgar Norberto «Beto» Lajo Paredes
El Programa ProDescentralización de USAID, en alianza con la Defensoría del Pueblo, SERVIR, la Escuela Nacional de Administración Pública, UNICEF y PRISMA, diseñaron el “Programa de Entrenamiento para Regidores y Regidoras Municipales Período 2015 – 2018” (Segunda edición actualizada, junio 2015), ante la “demanda de capacitación de regidoras y regidores” y “creciente interés por conocer mejor sus funciones de representación, fiscalización y producción normativa”, con el objetivo de ”contribuir a la mejora de las capacidades para el ejercicio de las atribuciones de los Concejos Municipales” y “buscando asimismo aportar al fortalecimiento de las capacidades de diálogo, organización, concertación, transparencia y rendición de cuentas”, con la finalidad “que los regidores y regidoras ejerzan sus funciones de manera eficiente y con un enfoque orientado a producir resultados positivos en beneficio de la ciudadanía” (págs. 6 y 7).
“EL PERFIL DEL REGIDOR Y LA REGIDORA”
En el documento, se lee: “Una regidora o regidor municipal, transparente, comprometido con el desarrollo de su localidad, que asuma una gestión participativa enfocada en los principales fines o problemas de la población, demostrará que: 1. Siente un profundo respeto por la democracia y sus mecanismos, producto de los cuales han sido elegidos como representantes. 2. Representa a toda la población y no solamente a quienes desarrollan actividades profesionales, económicas o empresariales similares a las que desempeñaron cuando fueron elegidas o elegidos regidores. 3. Conoce los principales problemas de la provincia o el distrito, y se preocupa por informarse y documentarse con información seria y objetiva (censos, encuestas y datos producidos por el INEI y otras entidades públicas de sectores claves como Salud, Educación, Agricultura, Ambiente, Energía y Minas, Vivienda, Saneamiento y Construcción, etc.). 4. Conoce y se informa permanentemente sobre los planes nacionales, regionales y locales de desarrollo vinculados a los problemas que afectan a su provincia o distrito. 5. Es respetuoso de las normas que regulan el funcionamiento del gobierno local, en especial aquellas que promueven la participación, la transparencia y la rendición de cuentas. 6. Formula propuestas para el desarrollo de su provincia o distrito y vela por el respeto de los intereses de su población, especialmente de aquella más desprotegida frente a los intereses de quienes quieren aprovechar de sus recursos sin el respeto de la ley y los procedimientos de consulta. 7. Propone mecanismos de diálogo y consulta con la población para dar a conocer sus propuestas y recibir aportes de las distintas organizaciones de la comunidad. 8. Se conduce con honestidad y transparencia en el ejercicio de sus funciones, sin buscar beneficios personales, ni favorecer intereses particulares; y respetando escrupulosamente el principio de imparcialidad en casos de conflictos de intereses, en los cuales, siempre debe prevalecer el interés público frente al interés individual o privado. 9. Pone a disposición de la ciudadanía toda la documentación relativa a su gestión, sin esperar que sea solicitada, e informando periódicamente de los resultados de su labor normativa y fiscalizadora. 10. Protege los recursos públicos y orienta sus decisiones al mejor aprovechamiento del presupuesto, orientando sus decisiones en base al interés ciudadano. 11. Es responsable en el ejercicio de su función, asistiendo puntualmente a las sesiones de Concejo, proponiendo políticas, normas, fiscalizando la gestión y la administración municipal con pleno respeto de las autoridades involucradas. 12. Promueve la participación y es receptivo (a) frente a la vigilancia ciudadana” (págs. 57 y 58). La trágica realidad, a nivel nacional, es que el 99.5% de regidores y regidoras no cumplen con el perfil del regidor y regidora; con el agravante que en muchas provincias y casi totalidad de distritos, el 100% de concejales, están muy lejos del citado perfil.
EL CONSEJILLO PREVIO Y DE SUMISIÓN
En municipalidades, con alcaldes autócratas y profesionales mediocres, previo a la sesión de concejo municipal, realizan reuniones de pseudo coordinación, mal llamadas “consejillos”, con sus regidores de “confianza”, en la que el alcalde, rodeado de sus funcionarios y asesores “cómplices”; explican los temas de la Agenda, con la “orden” de aprobarlos “sí o sí”; organizando cómo acallar, restringir, subestimar y distorsionar, las intervenciones, críticas y cuestionamientos de los regidores de minoría u oposición, con apoyo de cierta prensa obsecuente. Entonces, en la sesión de concejo municipal, ya no hay sustento ni fundamento; donde las votaciones, se dan sin debate, por ende, no hay democracia. Estas malas prácticas, se debe combatir, denunciar y desterrar.