POR: CELSO VERA SUÁREZ (LIC. EN EDUCACIÓN)
El acoso permanente y sistemático de la Derecha Bruta y Achorada, vía Congreso, medios de comunicación, encuestas, etc., para que Pedro Castillo se deshaga de algunos ministros que no eran del agrado de la derecha, así como que rompa definitivamente con Vladimir Cerrón, porque no se avenían con sus intereses económicos y políticos, finalmente dio sus frutos.
Pedro Castillo se decidió por el cambio del gabinete, previa coordinación con el Estado Mayor del Partido Político Magisterial y Popular, partido nacido del CONARE-Fenate, sindicato fundado por Pedro Castillo. También, coordinó reiteradas veces con Verónika Mendoza (¿cogobierno?), en todo caso serán las bases de NP las que pidan a ella una explicación para saber a qué nivel están esas coordinaciones.
La decisión del presidente ha tenido como objetivo, qué duda cabe, menguar el ataque a mansalva, por todos los flancos, de la artillería pesada de la derecha que no le daba un momento de respiro, sobre todo con el tema de la vacancia, lo cual llenó de pánico al presidente al imaginarse defenestrado en el corto plazo, y así terminar, sin pena ni gloria, con su carrera presidencial.
Además, con el cambio ministerial, el presidente pensó que así cortaba el cordón umbilical que lo unía con Vladimir Cerrón y Perú libre. De esa manera, se libraba de molestas ataduras y así poder gobernar con mayor tranquilidad con el Partido Político Magisterial y Popular con el que tiene mayor afinidad, además de ser su impulsor y sostén palaciego.
Para conformar el nuevo gabinete, Pedro Castillo y su Estado Mayor, se tomaron su tiempo para estudiarlo y sopesarlo bien. Así, para ganarse a un sector de la derecha en el Congreso designaron a José Incio, militante de Acción Popular, ello para contentar y/o ganarse al total o parte de la bancada de este partido que cuenta con 16 congresistas, y de esa manera tratar de bloquear en algo el intento de la vacancia, o bien para congraciarse con la derecha toda.
Por el lado de la izquierda, mantuvieron a Pedro Francke y Anahí Durán, de Nuevo Perú; a Roberto Sánchez, del Partido Humanista, que preside arbitraria, unilateralmente y a su antojo Juntos por el Perú; y, para ponerle la cereza al pastel, convocaron a Mirtha Vásquez del Frente Amplio, como primera ministra. De esa manera, por el lado de la izquierda, la intención es de anular todo intento de adhesión de estas fuerzas en las marchas y movilizaciones que ya vienen anunciando Vladimir Cerrón y Perú Libre, ante la “traición” de Pedro Castillo de haberlos dejado de lado, así como obviar el plan de gobierno que Perú Libre esgrimía en la campaña y que tenía como prioridad la propuesta de una nueva constitución, algo que la premier Mirtha Vásquez, ha descartado de antemano.
Pues bien, si ahora, Pedro Castillo y su Estado Mayor, pensaron que hicieron una jugada maestra con el cambio de gabinete y que, con ello, han aplacado la ira y la voracidad de la ultraderecha golpista, se equivocan de pies a cabeza. La bestia ha probado sangre y va por más. Ahora, apunta a la yugular del Ejecutivo y va por la vacancia presidencial.
PEDRO CASTILLO Y SU FALENCIA POLÍTICA – ANTECEDENTES
Pero, ¿por qué Pedro Castillo ha tomado tan desmesurada y riesgosa decisión? Veamos su trayectoria en estos menesteres. Figuró como adherente en los padrones del partido Perú Posible, de Alejandro Toledo, del 2005 al 2017, en donde intentó llegar al Congreso sin la menor suerte; luego, se dio a conocer en la huelga magisterial de 2017, donde fue designado como dirigente nacional del CONARE; y, en el último proceso electoral, su intención, en primera instancia, era postular al Congreso en las filas de Perú Libre, pero como Vladimir Cerrón se vio impedido de postular a la presidencia por ese partido, lo invitaron para suplirlo. Lo demás ya es materia conocida.
Como se puede ver, Pedro Castillo no ha tenido militancia, menos formación política, en ningún partido de izquierda. Carece de esa formación política, doctrinaria e ideológica, tan indispensable para cumplir, siquiera, una mediana gestión en el cargo que ostenta. Esa carencia no le permite avizorar que aquí en el Perú tenemos a la derecha más reaccionaria y recalcitrante de Latinoamérica; no le permite comprender que este Congreso peruano lo conforman en su mayoría, desde hace 30 años, oscuros personajes comprometidos con esterilizaciones forzadas, lavado de activos, deudores tributarios, negociantes de la educación, demagogos, tránsfugas, beneficiarios de exoneraciones tributarias, investigados por diversos delitos, aprovechadores del Estado, etc.
No le permite ver ni comprender, además, que Fuerza Popular y el fujimorismo en pleno, no son un partido político, sino una mafia organizada que ha vendido los bienes del Estado y ha usufructuado de ellos, que ha saqueado el país, y pretende seguir haciéndolo y, para ello, no se va a detener ante nada.
ULTRADERECHA: SALVO LA VACANCIA, TODO ES ILUSIÓN
La Comisión de Constitución del Congreso, que preside la fujimorista, Patricia Juárez, como parte de una estrategia para conseguir la vacancia del presidente, y, por encargo de Keiko Fujimori, presentó un proyecto de ley para limitar la cuestión de confianza al presidente. El proyecto fue aprobado por el pleno del Congreso con mayoría derechista y enviado al Ejecutivo para su aprobación.
El presidente, como era de esperarse, lo observó y lo devolvió al Congreso el día viernes 08 de octubre. El sábado 09 de octubre (casi de inmediato) a las 4 p.m., Patricia Juárez, con la asesoría de Lourdes Flores, convoca con carácter de urgencia a la Comisión de Constitución y, sin mayor debate ni discusión, tiene listo ya el dictamen para que dicha ley se apruebe por insistencia. En los próximos días lo someterán al pleno del Congreso para su aprobación.
Es decir, el Congreso golpista, azuzado por los ultras derechistas, se prepara para un escenario de confrontación para que, llegado el momento de presentar la vacancia presidencial, el Ejecutivo no pueda presentar la cuestión de confianza como defensa. Hay que añadir, además, que el ajetreo golpista de marras se lo ha comprado con ganga María del Carmen Alva, presidenta del Congreso, quien ya sueña con ponerse el fajín presidencial, aunque sea un día más que Merino.
¿QUÉ HACER POR EL LADO DE LOS OTROS PARTIDOS DE IZQUIERDA?
Lo que Pedro Castillo y sus consejeros no entienden, y, parece que Vladimir Cerrón tampoco, es que no puede haber un gobierno nacional que se precie de ser de izquierda, sin la participación real y efectiva de los partidos de izquierda que coadyuvaron en buena medida para el triunfo de Pedro Castillo.
El hecho que éste haya cedido algunos ministerios a Nuevo Perú y el Frente Amplio (no se sabe si fue a título personal o partidario), no es lo que reclaman las bases de la izquierda a nivel nacional frente a la disyuntiva de cambio o continuismo. En comentario anterior, después que Pedro Castillo accedió a la presidencia, manifesté que la iniciativa para buscar la unidad de la izquierda, frente a las arremetidas de la derecha que ya se avizoraban, era que Pedro Castillo y Vladimir Cerrón debían tomar la iniciativa. Lamentablemente, la tozudez y la soberbia del líder de Perú Libre y la ingenuidad de Pedro Castillo, no lo permitieron. Por tanto, corresponde ahora a Nuevo Perú, Frente Amplio, y a los partidos que integran Juntos por el Perú (con exclusión de Roberto Sánchez y el Partido Humanista, que están en otra onda), tomar la iniciativa para hacer esa convocatoria. Todavía se está a tiempo.