POR DR. PHD. JAVIER FLORES AROCUTIPA
Si bien los congresistas de la extrema derecha defienden a los ricos del Perú y el mundo en el afán que no se creen condiciones para mejor equidad y calidad de vida para los pobres, y clase media, ahora arremeten en su ignorancia contra las lenguas originarias. No permiten la convivencia y solidaridad. Según el Censo del INEI 2017, en el Perú, hay 48 lenguas indígenas, que son anteriores a la llegada del idioma español, las cuales se preservan y es hablado por 4 millones 477 mil peruanos (16 % de la población total).
Recuerden antes que llegaran los españoles se hablaba entre otros quechua, aimara, awajún, wampis, cocama, kichwa, yagua, shipibo, asháninka, sharanahua, cashinahua, tikuna entre otros. Pero estamos seguros que de eso no se acuerdan los defensores de las transnacionales, porque le gritaron a Bellido. ¡Hable en castellano porque no le entendemos! Así reclamaron los defensores de las mineras, bancos y AFP, todo indica que la discriminación está en el imaginario de aquellos peruanos. Es típico en países pobres.
La constitución señala respecto a idiomas originarios y son congresistas los que “no conocen”. La constitución en su artículo 2.2 señala que no hay discriminación por el idioma. Y el 2.19 nos exige que todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intérprete. Pero eso no es todo, el Artículo 48 sentencia que son idiomas oficiales el castellano y, en las zonas donde predominen, también lo son el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes, según la ley. Y la Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos señala que “todo el mundo tiene derecho a usar de palabra o por escrito, en los Tribunales de Justicia, la lengua históricamente hablada en el territorio donde están ubicados”. El poder judicial tiene la obligación de poner un intérprete cuando el juez no conoce el idioma de los peruanos que viven en zonas rurales o selváticas. Es un derecho a la defensa. El juez imparcial no se puede permitir causar indefensión a quien cultiva un idioma originario. Esto que es elemental la derecha del congreso no lo quiere entender. Y el ente legislador sabiendo ello no hizo nada con su presidenta. Genera leyes, pero la incumplen.
El señor Montoya quien es representante de la extrema derecha quiere rectificarse diciendo, «Nadie discute nuestros orígenes, pero su discurso empezó provocando y discriminando produciendo un efecto contrario a la unión. No nos debe sorprender ya que el comunismo trabaja así, crea divisiones y enfrentamientos», él sabe que se equivocó y quiere corregir no asumiendo su error, echando la culpa a los demás. Sus paradigmas y de otros no creemos que vayan a cambiar en el corto plazo.