Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda (Director del Museo del JNE)
Quizá no hay satisfacción más grande, entre quienes pertenecen a determinadas instituciones, que ver cómo estas vencen al tiempo, y son parte de la admiración colectiva. Y este es el caso de la Biblioteca Nacional del Perú, creada a un mes exactamente de proclamada la independencia nacional.
En todos los países existen instituciones vinculadas al quehacer cultural, como las bibliotecas nacionales, que suelen ser los espejos que reflejan el alma de la creatividad de los pueblos, y de cómo se esfuerzan por compartir y adquirir conocimientos escritos, pese a los avances tecnológicos, en medio de una digitalización documental, que al comienzo pareció que iba a hacer daño a la forma tradicional de guardar el conocimiento.
UNA LARGA EXISTENCIA
La Biblioteca Nacional del Perú cumple hoy 200 años de existencia, fue creada por el general José de San Martín, el 28 de agosto de 1821, durante el Protectorado, nombre con el que se conoce a su periodo de gobierno, y que a poco más de un año de ejercicio, dejó una huella profunda en la administración republicana del Perú, en la que consideró la vertiente cultural.
El Libertador del Perú, llevaba consigo su biblioteca personal, nunca le faltaron los libros, de modo que los primeros ejemplares con los que contó la naciente Biblioteca, fueron donados por él, y por su ministro Bernardo Monteagudo; y le fue incorporado, parte de del fondo bibliográfico de los expulsados jesuitas, y otras donaciones, que hicieron posible, que al momento de su inauguración, el 17 de setiembre de 1822 el fondo pasara de 11.000 ejemplares. Muchos desaparecieron por efectos de la Guerra con Chile, y por el incendio de 1943, recuperándose varios, tras el primer caso.
Son figuras claves dentro de la historia de la Biblioteca Nacional, el general San Martín, Ricardo Palma, y Jorge Basadre, el primero, fue el creador de la Biblioteca; el segundo, reconstructor del patrimonio bibliográfico afectado por la Guerra con Chile; y el último, un gran reconstructor, después del incendio de 1943, quien además, modernizó este gran centro de quehacer cultural en el Perú, que actualmente marcha acorde con las nuevas tecnologías de la información.
SERVICIOS Y COLECCIONES
Los servicios que presta la Biblioteca Nacional son múltiples, desde atención en sala, así como servicios virtuales, préstamo de libros a domicilio, consultas en línea, sala para personas con discapacidad virtual. Todo esto permite a los investigadores nacionales y extranjeros, ampliar los conocimientos actuales, contrastándolos con los de otras épocas, que entregan a más lectores, a través de medios impresos y digitales.
Sus colecciones bibliográficas son extraordinarias, no solo hay libros y manuscritos, se encuentran mapas, partituras de música, y una serie de ejemplares raros, como un libro del tamaño de la uña del dedo pulgar de la mano. Y no se queda atrás la gran fototeca que permite recrear épocas pasadas y personajes trascendentes, así como paisajes naturales y sociales de otro tiempo.
Y si de incunables se trata, la Biblioteca Nacional de Lima, no tiene nada que envidiar a sus homólogas de América, y de Europa. Los hemos consultado en varias ocasiones, y en otras los hemos visto en exposiciones internas, teniendo en cuenta, que acudimos a la Biblioteca Nacional, como investigadores, desde 1983. El mencionado año quedé impactado al conocer los fondos bibliográficos y los manuscritos, de inmediato inicié la investigación que me llevaría a publicar varios libros, y a conocer investigadores, que desde todas las regiones del Perú, y desde el exterior, acuden a la Biblioteca Nacional del Perú, buscando información, básica para sus publicaciones.
Los impresos contienen abundante información para la historia regional en todo sentido, y la consulta de estas publicaciones, es imprescindible, cuando se trata de hacer historia de muchas localidades. También es posible recrear procesos electorales y completar biografías importantes de cada localidad.
La colección de diarios y revistas regionales es muy completa, los hemos visto de cada espacio del Perú, y también los hay del exterior, en idioma español, y en otras lenguas, todo esto hace que los investigadores acudan a la Biblioteca Nacional, y encuentren en sus fondos, esos tesoros que la llevan a considerar, como una de las más valiosas de América.
MEMORIA PARA LA DEMOCRACIA
En la sección manuscritos se encuentran documentos relacionados con las primeras elecciones para alcaldes, entre 1812 y 1814, así como de las elecciones previas de 1809 y 1810, y de las posteriores a Congreso Constituyente de 1826, y otras de las primeras de la época republicana, documentos, que en parte han sido publicados por el doctor Valentín Paniagua Corazao, ex Presidente Constitucional de la República.
Son parte de la memoria, para la recreación de la democracia, los manuscritos y mecanografiados de las elecciones practicadas en el Perú, durante los siglos XIX y XX, tanto en la Capital de la República, como en el interior del país, entre los que se cuentan los referidos a Moquegua, de los que también dan cuenta las memorias de los subprefectos y prefectos correspondientes, así como los gobernadores.
Uno de los manuscritos que consideramos muy valioso, es el que trata sobre los que señalamos, como los primeros mártires de la democracia, ya que fue en la práctica de la elección del cabildo constitucional de uno de los pueblos del Callejón de Conchucos, cuando casi una docena de ciudadanos perecieron tras la caída del techo de la iglesia, donde se habían congregado a escuchar la Misa, y lectura de la Constitución de Cádíz, como estaba mandado hacerlo previamente.
Existe una serie de mecanografiados asociados a la creación del Jurado Nacional de Elecciones, a las leyes electorales de su tiempo, y a una serie de decretos y dispositivos que tienen que ver con la dinámica del mundo político, las organizaciones políticas, y la forma de comportamiento de los ciudadanos, y sus derechos y deberes como tales.
LOS DIRECTORES
El primer director de la Biblioteca, fue el arequipeño Mariano José de Arce; y también lo fueron el tacneño Francisco de Paula González Vigil, Bartolomé Herrera, limeño, muerto en Arequipa; Manuel González Prada, y Luis Ulloa Cisneros, Rubén Vargas Ugarte, La primera mujer nombrada como directora fue María Bonilla de Gaviria, le seguirían Martha Fernández de López, Delfina González del Riego Espinoza, y María Emma Mannarelli Cavagnari.
Cada uno refleja un momento histórico de la Biblioteca, unos se relacionan con los inicios y la organización, otros con su crecimiento e incremento de sus fondos, otros con la reconstrucción, y otros con la modernización y aplicación de las tecnologías actuales. Que estos primeros 200 años impulsen a sus trabajadores, a seguir cumpliendo con los retos que les imponen las circunstancias, y a obtener los logros que multiplican el prestigio ya ganado por la Biblioteca Nacional del Perú.