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24 noviembre, 2024 10:54 am

Propio o ajeno

Por: Lic. Yessica C. Rodriguez Torres     

“Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.

Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma”. Horacio Quiroga “El almohadón de plumas”

En este cuento el reconocido escritor uruguayo Horacio Quiroga, hace mención a una mujer que día a día se siente mal de salud, dando paso a que la debilidad se apodere de ella. Su esposo cree que se debe a una causa externa y los médicos también.

Tenían la vista tan dirigida hacia afuera que no se percataron, ninguno de los protagonistas, que el bicho ladrón de la vida de Alicia estaba en su propia cama, debajo de su cabeza y la acompañaba todas las noches, sin falta.

Bien podríamos hacer alusión a nuestra joven patria, que desde hace 200 años de vida republicana viene siendo saqueada continuamente, sin tregua. Extraviamos la mirada, vemos fuera de nuestros hitos, con la inconsistente afirmación que el mal es externo.

Y, aquí, en el terruño, ¿qué o a quiénes tenemos enquistados en los gobiernos grandes o pequeños?

¿Será que desde hace dos centurias absorben la sangre y la fuerza con la que a diario peruanas y peruanos salimos a luchar por el pan de cada día?

Ese insecto, ¿será nuestro o será importado? ¿Cuándo llegará el hombre o la mujer que lo descubra y lo aplaste desapareciéndolo para siempre?

El Perú, el peruano es valiente, guerrero, no permitamos que nos desangren más, los bichos en todas sus formas y tamaños deben ser exterminados, pronto, ya no hay tiempo que perder.

Análisis & Opinión