Por: Francisco Perea Valdivia
Hoy es un día muy especial para todos los nacidos en esta noble tierra, para aquellos que vinieron en búsqueda de nuevos horizontes y terminaron haciéndola suya. Sirva esta fecha para rendir homenaje a los pioneros que nos legaron tradiciones y costumbres para forjar la historia del Mollendo que soñaron para nosotros y nuestros descendientes.
Al arribar a los 150 años existenciales, sea motivo para plantear una gran reflexión, que sin duda las últimas décadas no han sido muy halagüeñas por una serie de aspectos que han quedado bien marcados.
El 2020 ha sido un año caótico y desastroso, que ha estado marcado por el odio al contrario político, que se traduce en las mentadas “revocatorias”, donde prima más el desdén que el afecto por la tierra. En política nada está escrito, la política es arreglo y compañía.
Ha primado un “periodismo tendencioso”, que es el que más vende, olvidándose del sagrado principio del compromiso de la verdad y el servicio a la ciudadanía.
¿Los mollendinos de “pelo en pecho”, estamos en extinción? Un pueblo sin historia, sin costumbres y tradiciones, es un pueblo sin identidad. Los hombres hacen a las instituciones y estas trascienden y se convierten en su legado.
Estemos atentos frente a aquellos que buscan desintegrarnos, buscando truncar el desarrollo de la tierra que nos vio nacer y que a otros acoge benevolentemente.
Gloria a nuestros antepasados que nos legaron esta linda tierra con el ejemplo de su honestidad, nos legaron una historia, tradiciones y costumbres que no debemos olvidar jamás. ¡Que así sea!