POR: ENRIQUE AZOCAR PRADO
Hoy vi una cevichería con gente a rebosar. Familias enteras sentadas alrededor de una mesa, amigos departiendo comida y cervezas, parejas de enamorados por allá, y solitarios comensales por acullá. Sin mascarillas, sin distancia social, sin temor y sin culpa.
Todos disfrutando en un ambiente de relax total. Como en un día sin pandemia o como un día de suave primavera. Pero – vaya paradoja – la cevichería en mención está ubicada a 50 metros del velatorio de la Av. Leguía (Tacna).
Piensen ustedes en las implicancias de esa imagen que vieron mis ojos…risas y relajo como preámbulo a una enfermedad, a una agonía dolorosa, a una muerte anunciada y a un velatorio como tétrico final de una conducta irresponsable (casi suicida)
¿QUÉ GOBIERNO PUEDE CON ESO?
Todo lo expresado sería una simple reflexión o comentario sino fuera por lo siguiente: muchos de estos irresponsables ocuparán una cama UCI quitándole la oportunidad de vivir a quienes han tenido y tienen una vida valiosa, a quienes se mostraron respetuosos del bienestar propio y del ajeno.
Los antivacunas son capaces de correr a abrazar a nuestros hermanos «no contactados» por su peregrina idea de que cada individuo en el mundo debe confiar en su propio sistema inmune.
¡¡¡Genocidas!!! No tienen idea de que el despoblamiento de la América indígena se produjo por los diversos virus que trajeron los españoles. Lean a Bartolomé de las Casas, De Acosta, Cobo, Garcilazo, Cook, etc.
Háganse el favor… hay que dar la espalda… a los prejuicios, a las mentiras, a la manipulación, a los mitos modernos insensatos, a los temores irracionales. en fin. demos la espalda a todo aquello que signifique atraso y oscuridad.
