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144 años de la doble ruptura del bloqueo de Arica por la corbeta Unión

POR: HERNANDO CARPIO MONTOYA

El BAP «Unión», buque escuela de la Armada Peruana, es el más grande de Sudamérica y el segundo a nivel mundial; su nombre rinde homenaje a la gloriosa corbeta Unión, que sirvió al Perú entre 1864 y 1881, participando en los conflictos con España y con Chile. Fue protagonista de una de las acciones más gloriosas en la historia naval mundial: la doble ruptura del bloqueo de Arica, un día como hoy, el 17 de marzo de 1880.

Esa madrugada, la corbeta, al mando de los comandantes Manuel Villavicencio y Arístides Aljovín, luego de un accidentado viaje desde el Callao, en un mar dominado por el enemigo, y escapando de cuanto buque aparecía en el horizonte, ingresó en la madrugada al puerto de Arica, bloqueado por el Huáscar, ahora chileno, y por el Matías Cousiño. 

Amparada en la oscuridad y en la intrepidez de su tripulación, llegó sin ser detectada, entregó su carga y combatió en la tarde durante 4 horas contra el Cochrane y el Amazonas, que llegaron a reforzar el bloqueo, y contra el Huáscar. La división chilena atacó decidida a acabar con el osado visitante, recibió diversos impactos que generaron incendios y dañaron sus máquinas, pero no su corazón.

Pese a la superioridad enemiga, la Unión no fue destruida, maniobró brillantemente y fue protegida por las baterías del puerto y el monitor Manco Cápac; pese a los daños e incendios, seguía a flote. No solo eso, a las 5 de la tarde, desoyendo los consejos del Ejército del Sur para hundir la nave y quedarse en Arica, luego de que sus comandantes preguntaran a su tripulación «¿dónde querían morir?», la maltrecha corbeta salió desafiante rumbo al enemigo, que se había retirado hasta la entrada del puerto cerrando las posibles rutas de escape; y en un prodigio de audacia, sorprendió a todos los que la esperaban tratando de escapar al norte hacia el callao; virando hacia el Sur, pasando muy cerca del islote El Alacrán en las narices del enemigo; y se dirigió hacia Chile, a donde nadie la esperaba.

Los chilenos tardaron en reaccionar, pero fueron engañados; los persiguieron toda la noche sin poder alcanzarlos. La Unión se les había escapado de entre las manos en lo que, para el historiador sureño Vicuña Mackenna, fue algo inaudito.

Mucho se ha discutido sobre la razón por la que el flamante dictador Nicolás de Piérola arriesgó de esa manera nuestra última nave en una misión suicida contra toda la Armada Chilena; llevando pertrechos y una torpedera que ayudarían mucho. Pareciera que, en su discreto criterio naval, quiso salvar la alianza con Bolivia demostrando que aún teníamos presencia en el mar después de Angamos. Otros dicen que trató de demostrar a la opinión pública que no tenía ningún recelo contra Lizardo Montero, quien lideraba el Ejército del Sur y a quien odiaba.

Esta joya de nuestra historia, olvidada y poco valorada, se narra con detalle en la novela “Moriremos en el Mar, la hazaña de la corbeta Unión”, publicada en septiembre del 2022 por la editorial española Círculo Rojo, ofrecida a nivel mundial a través de la plataforma Amazon.com. Allí, las intrigas políticas de Piérola, su animadversión contra Lizardo Montero y el Ejército del Sur, y el nombramiento de allegados suyos, muchos incompetentes, en puestos claves, hacen difícil en algún momento descubrir dónde está realmente el enemigo de nuestros olvidados paladines.

Mi madre me decía que en el mundo existen dos tipos de hombres: los que acompañarían a Villavicencio, ignorando peligros y pesimismo; y quienes no lo acompañarían, rindiéndose antes de pelear. La pregunta que me hacía luego, aún hace eco en mi recuerdo. ¿Cuál de ellos somos?

Buque Escuela a Vela BAP Unión de la MGP

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