POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS
Las Zonas Especiales de Desarrollo (ZED), también denominadas Zonas Económicas Especiales (ZEE) o conocidas popularmente como zonas francas de gestión pública, se encuentran actualmente en una situación crítica que amenaza con consolidarlas como una experiencia fallida tras varios años de implementación.
En la mayoría de los casos, sus niveles de exportación son reducidos o incluso inexistentes, lo que evidencia una limitada capacidad para cumplir con los objetivos de dinamización económica y atracción de inversión.
El futuro de estas zonas es incierto debido a múltiples factores estructurales y normativos. Entre ellos destacan: una legislación de origen inadecuada, frecuentes modificaciones normativas, ausencia de políticas claras por parte de los gobiernos nacionales y regionales, un enfoque estatal poco competitivo y una descentralización relativa que limita la toma de decisiones estratégicas.
A ello se suma el modelo económico neoliberal vigente, que ha convertido al Perú, en la práctica, en una gran zona franca comercial.
Las importaciones provenientes de países como China ingresan masivamente por los puertos del Callao, Matarani y Paita, y se distribuyen principalmente en Lima y otras grandes ciudades a precios altamente competitivos.
Este fenómeno se ve reforzado por redes informales de comercialización que superan en eficiencia y alcance a zonas como la Zofratacna. La debilidad del control aduanero y la evasión tributaria agravan aún más esta situación, generando un entorno adverso para el desarrollo de las zonas francas públicas.
La limitada diversificación industrial del país también ha impedido que las ZED se conviertan en plataformas efectivas de transformación productiva.
En este contexto, el gobierno central ha optado por impulsar un nuevo modelo: las Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP). El Congreso de la República aprobó la Ley N.° 32449, que establece un régimen tributario y aduanero especial para estas zonas.
Entre los beneficios destacan la exoneración del Impuesto a la Renta por cinco años (con incremento progresivo hasta el 15%), exoneraciones del IGV e ISC en determinadas operaciones, y un régimen aduanero simplificado para facilitar el comercio exterior.
Bajo este nuevo marco legal, se ha iniciado la propuesta de una ZEEP en el Puerto de Chancay, considerada estratégica por su conexión con el megaproyecto portuario y su potencial para atraer inversión privada y tecnología de punta.
En contraste, las zonas francas públicas como ZED Tacna, Ilo, Matarani y Paita, que existen desde hace varios años, no han logrado los resultados esperados.
Los informes técnicos señalan como principales limitantes la falta de infraestructura moderna, la excesiva burocracia, la escasa promoción internacional y la débil articulación con cadenas productivas.
La pregunta que emerge es por qué en otros países las zonas francas han tenido éxito, mientras que en Perú no han logrado consolidarse.
El caso de Colombia es ilustrativo: desde 2007 ha desarrollado exitosamente más de 100 zonas francas, gracias a un marco legal estable, incentivos claros y sostenibles, participación activa del sector privado, ubicación estratégica cerca de puertos y centros logísticos, y una promoción internacional agresiva.
Un aspecto transversal que refleja esta problemática es la pérdida de dinamismo de la Zona Franca de Tacna (Zofratacna), que en el pasado fue altamente exitosa y que actualmente distribuye parte de sus ingresos a las zonas francas de Ilo, Matarani y Paita.
Su debilitamiento se debe, entre otros factores, a la competencia de la Zona Franca de Iquique (Chile), que cuenta con más de 2,000 empresas y una infraestructura superior.
Muchas mercancías llegan por Arica y se desvían hacia Chile, donde las restricciones son menores. Además, la prohibición constitucional de inversión extranjera dentro de los 50 kilómetros de la frontera limita el ingreso de capital en Tacna.
La infraestructura disponible es limitada (solo 120 de las 265 hectáreas están habilitadas), la digitalización es incipiente, la promoción internacional es débil y la normativa cambia con frecuencia.
Los resultados de este escenario se reflejan en las cifras de exportación: ZED Paita lidera con más del 90% del total exportado por las ZED en 2024, seguida por ZED Matarani con aproximadamente 6%, mientras que ZED Ilo no registra exportaciones en dicho periodo.
Y esto no es nuevo, es más o menos lo mismo en años anteriores.