POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA
En febrero pasado, Oscar Becerra, entonces ministro de Educación, aseveró que en los últimos diez años su portafolio gastó 728 millones de soles en consultorías. De inmediato fue severamente cuestionado, argumentándose que esos montos eran exagerados. Sin embargo, hace poco menos de dos semanas, la Contraloría detectó que, en ese mismo periodo, las entidades públicas desembolsaron cerca de S/ 47 mil millones en el citado rubro, contratándose a 654 mil proveedores. Después de todo no andaba tan alejado de la realidad el extitular del Minedu. Más aún, estas declaraciones del órgano contralor han pasado desapercibidas en los noticieros, probablemente debido a que los medios de comunicación consideran que esta información no concitaría mayor interés en la ciudadanía. Hasta hoy.
Resulta que la congresista Flor Pablo Medina expresamente reconoció haber prestado estos servicios para el Estado, defendiéndose en que lo realizado “no es cualquier trabajo y es para profesionales con alta especialización”. Cierto amigo lector, si usted o este humilde articulista pretendiéramos acceder encontraríamos enormes trabas burocráticas. Y quizá con razón en algunos casos. Pero, no ocurre igual cuando se trata de personajes afines a los caviares, toda vez que aquí se existen (o mejor dicho, existían) privilegios. En este caso puntual, la exministra del mitómano Martín Vizcarra podría conceptualizar a que se refiere con ser “profesional de alta especialización”, así como describir que servicios brindó y que trascendencia tuvo en el aparato estatal.
Es común denominador de la progresía en siempre sentirse por encima del bien y el mal. Esto se refleja en el reciente tuit de la exparlamentaria Mirtha Vásquez cuestionando la salida de la jefa de la Biblioteca Nacional, señalando “En su lugar ponen a un abogado y escritor «puneño», Boris Espezúa: simbólico nombramiento para seguir quebrando a Puno”. En paralelo, el Diario Gestión (16 AGO 2023) ha mencionado que “Boris Gilmar Espezúa Salmón es doctor en Derecho, escritor y educador y uno de los intelectuales más destacados del sur peruano. Ha sido Decano de la Facultad de Derecho y director de la Unidad de Investigación de la Universidad Nacional del Altiplano, Puno”; es decir, goza de notable prestigio y no como discriminatoriamente aduce la expremier del golpista Pedro Castillo.
Con la abrupta salida del gobierno del profesor chotano, las posibilidades de los caviares en mantenerse en los comodísimos y bien rentados puestos estatales son cada vez menos, por lo que no escatiman esfuerzos en mancillar honras sin preocuparse siquiera a quien o quienes tienen al frente. Es como si el mensaje que nos transmitiesen fuese: Yo sí puedo, tú no.