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21 noviembre, 2024 7:29 pm

Víctor Oporto Grundy (I)

“Sólo los grandes hombres pueden tener grandes defectos” – Duque de la Rochefoucauld.

POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ

El doctor Víctor Oporto Grundy es uno de esos personajes que marcan la diferencia en la historia de un lugar. Nacido en Cusco, pero emigrado a la ciudad de Ilo en la década de los años 50, este renombrado médico cardiólogo no solo se destacó (a) por su calidad profesional, sino también por sus ideas socialistas que lo llevaron a promover cambios sustanciales en Ilo.

Contratado para trabajar como especialista en el hospital de la SPCC, el doctor Oporto Grundi pronto se convirtió en una figura reconocida en Ilo. Junto con otros líderes locales como el Dr. Julio Díaz Palacios, formaron el Frente de Defensa de los Intereses de Ilo, un grupo que luchó por una mejor explotación de la riqueza cuprífera en la región.

Gracias a los esfuerzos del Dr. Oporto Grundy y sus compañeros, se lograron importantes avances en la reducción de la emisión de gases contaminantes que afectaban el medio ambiente en Ilo. La transformación de los gases en ácido sulfúrico y la disminución del anhídrido sulfuroso fueron logros significativos que beneficiaron a toda la comunidad.

Hoy en día, el doctor Víctor Oporto Grundy en la plenitud de su vida, a pesar de los años y el desgaste físico, continúa interesado en el desarrollo político, social y económico de la región que considera su segunda patria. Sus propuestas inteligentes y pertinentes en las charlas con amigos reflejan su compromiso con el bienestar de la comunidad.

Con un legado de capacidad, calidad y honestidad, el Dr. Oporto Grundy es un ejemplo vivo de solidaridad, hermandad y amor por su tierra adoptiva. A través de su trabajo y sus ideas, sigue inspirando a otros a trabajar juntos por un futuro mejor en tanto recita a Vallejo:” Hay hermanos, muchísimo que hacer», en tanto nos recuerda que ser un buen médico es parte de una excelente y sólida formación científica y académica, este hecho no puede desligarse de todos esos valores y principios que hemos venido mencionando.

“Ser un buen médico va más allá de la excelencia académica, ser un buen medico implica entrega, sacrificio, preocupación por el otro, generosidad, lealtad y honestidad. Ser un buen médico es prevenir y, curar la enfermedad, es conocer las limitaciones de la ciencia, es acompañar en la muerte digna. Ser un buen médico es hacer uso racional y adecuado de los recursos, es conocer el sistema dentro del cual se ejerce. Ser un buen médico es una responsabilidad y un deber, es sentirse comprometido con el paciente, es entregarle lo mejor de nuestras capacidades, conocimientos y valores. Ser un buen médico significa construir país y futuro, aportar para fortalecer las bondades de nuestro sistema y trabajar para mejorar y corregir sus deficiencias. Ser un buen médico es también ser maestro y lograr que las nuevas generaciones de médicos sean cada vez mejores, tal y como lo desea mi buen amigo Víctor Oporto G., en tanto acepta con una sonrisa pícara que su vida ha estado llena de contradicciones en todos los campos, sobre todo en el amor y la política”.

Análisis & Opinión