POR: ANGELICA ESPINOZA ORTIZ
Suena el timbre y los estudiantes salen felices a tomar su descanso de medio año. Sin embargo, en algunos casos, sus docentes les entregan un libro entero para hacer durante las vacaciones, como si no supieran lo que significa la palabra “vacaciones”. Según la Real Academia Española, vacaciones significa: “Descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios. Usado más en plural.” Estas vacaciones están dirigidas a los estudiantes, es decir, descansan de actividades escolares y pueden hacer todo tipo de actividades que no tengan que ver con el aspecto académico.
Por otro lado, los padres no saben qué hacer con sus hijos e hijas y solo piensan en reforzar matemáticas u otra asignatura, obligándolos a continuar con las mismas actividades. Creen que esto les ayudará, o simplemente los dejan en casa a ver televisión, videos en la computadora, tablet y/o celular. Si bien es cierto que descansan de las actividades escolares, esto no significa que van a realizar actividades que pueden ser nocivas para su salud.
En ambos casos, lo único que logramos es saturar al niño, niña, adolescente o estudiante, e inclusive provocar una reacción de rechazo y bloqueo ante las actividades relacionadas con su educación. Con respecto a los juegos y redes sociales, si no son controlados o bien administrados, despertaremos en exceso la corteza prefrontal de los estudiantes, permitiendo que, cuando un maestro les enseñe algo, se aburran fácilmente porque buscan mucho color, movimiento y resultados inmediatos, como los que reciben de los aparatos electrónicos.
El Perú tiene una tasa de deserción escolar del 6.3%, según cifras del Ministerio de Educación (Minedu). Según una encuesta del 2021 del INEI, 22 de cada 100 jóvenes entre 17 y 18 años no han logrado concluir su educación secundaria, mientras que 5 de cada 100 jóvenes entre 13 y 19 años no la han culminado.
He explicado repetidas veces a los padres que sus hijos e hijas no van a aprender lo que ellos consideran. A veces desean que sus hijos sumen y lean en la etapa inicial, porque creen que eso demuestra una buena educación. ¡No es así! Los avances establecidos en las escuelas han sido diseñados después de un plan de estudios del desarrollo humano, de acuerdo a la edad y entendiendo el orden para poder llegar a un punto en el que los niños aprendan con el deseo de seguir aprendiendo más, y no solo porque se lo exigen.
