Por: Enrique Rivera Salas (Periodista Colegiado)
En momentos difíciles que se vive por la inseguridad ciudadana, aparte de la pandemia del COVID 19 y la variante Ómicron; se hace necesario que las autoridades pertinentes, exijan que en Mollendo instalen a la brevedad posible los módulos de atención de la Defensoría del Pueblo.
Muchas personas no conocen la labor que tiene la Defensoría del Pueblo; pero como repito, parece que aquí no se cumple la ley.
Para conocimiento de toda la población debo señalar que la Defensoría del Pueblo atiende en forma gratuita, quejas, pedidos y consultas legales, sobre derechos humanos, servicios públicos (agua, luz, teléfonos, administración estatal), y es que la Defensoría del Pueblo supervisa la acción de las entidades públicas (ministerios, municipalidades, hospitales, delegaciones policiales y otros).
Por ejemplo, que los trámites no demoren más de lo que manda la ley y que las autoridades no abusen de su poder.
También regula a las empresas de agua, luz y teléfonos, para que cobren las tarifas establecidas y que los servicios sean de calidad y finalmente velan por el respeto de las personas con discapacidad, adultos mayores, personas privadas de la libertad entre otros.
Asimismo, se puede acudir a la Defensoría del Pueblo en caso de incumplimiento de funciones de municipios, casos de corrupción en instituciones educativas por cobros indebidos, como exigir el pago de la cuota de la Apafa.
También se puede denunciar la mala atención en los centros de salud o postas por maltrato a los pacientes que los hacen esperar muchas horas para una consulta. Se puede denunciar, también por la mala atención en las comisarías y no querer recibir una denuncia por causa de un robo, accidente o violencia familiar.
Finalmente, manifiesto que Defensoría del Pueblo también atiende sobre los derechos del niño y del adolescente, derechos de la mujer, pensiones, etc. y como quiera que estos módulos no existen desde hace mucho tiempo, el pueblo esta cohibido de tener importantes servicios en nuestra comunidad y la interrogante es:
¿Qué hacen nuestras autoridades? ¡No se escucha, padre!