Un golpe bajo al país

Escribe: Julio Failoc Rivas

Ni en los peores escenarios podía imaginar que la vacancia podía proceder, no porque no fuera posible, sino que dudaba que se iban a atrever por el miedo a encender las calles y por el cálculo de las aspiraciones presidenciales de algunos. Hice mis cálculos lo más minuciosos posible, pero me equivoqué, porque no tomé en cuenta algo tan elemental como que más podría la angurria por el poder, los intereses subalternos y el apoyo de los 68 congresistas procesados por la justicia. Fue un golpe bajo e impredecible, no solo para el presidente, sino para todo el pueblo peruano.

¿Y qué pasó?, porque algo debió pasar para perder el miedo y postergar los apetitos presidenciales para más adelante.

En principio creo que la detención preventiva de Luna Gálvez enfureció a un sector de congresistas que lo blindaba, y, de la misma manera, asustó a los 68 congresistas con procesos judiciales abiertos, provenientes de la mayoría de las bancadas, sobre todo del fujimorismo, Alianza para el Progreso y Podemos Perú, que se veían un futuro incierto una vez que perdieran su inmunidad. ¿Se habrán creído el cuento que es posible postergar las elecciones para quedarse más tiempo en su curul parlamentaria?

En segundo lugar, creo que los aspirantes presidenciales midieron que no la hacían el 2021, pesaron más sus intereses inmediatos y prefirieron cambiar el corto por el mediano y largo plazo, sin calcular siquiera que estaban haciéndole el favor a Antauro Humala quien cumple su condena el 2024 y está expedito para postular el 2026. ¿No fue acaso él quien planificó la vacancia presidencial? Tontos inútiles.

Pero no la tienen fácil porque además de enfrentar la pandemia y la crisis económica, tendrán que armar un gabinete con gente decente y –paralelamente- enfrentar la indignación y la movilización popular de millones de peruanos a lo largo y ancho de país que estuvieron en contra de vacancia y que ahora pedirán la restitución del presidente y el cierre del congreso, así esto fuera remotamente posible. ¿Habrán calculado esto los vacadores?

Se vienen tiempos difíciles porque esta alianza siniestra tiene un plan que consiste en asaltar el Tribunal Constitucional, intervenir SUNEDU -que siempre estuvo en la mira- para ponerla al servicio de la mafia educativa, controlar el INPE para liberar a Antauro Humala, y capturar los organismos electorales para postergar y manipular las elecciones. Estamos advertidos.

Mal hizo Vizcarra de no dar la pelea a los usurpadores hasta el final. Entendemos que quiera proyectar una imagen democrática y de respeto a los estamentos del estado, pero lo cierto es que se está enfrentando a una mafia que hará todo lo posible para liquidarlo políticamente y hasta meterlo preso, e intentar justificar el golpe bajo que le ha dado a un pueblo diezmado que busca sobrevivir a la crisis económica y a la pandemia.

Vamos a ver quién puede más, la angurria por el poder de una minoría o la indignación de un pueblo olvidado y abandonado a su suerte. Ha llegado el momento de renovar la política y de expulsar a los pillos y galifardos. Ellos se lo buscaron, vamos a enseñarles a los malos lo que es bueno.

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