POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ
Mi anterior artículo ha generado cierto malestar entre algunos amigos, uno de los cuales argumenta que la zona de abrigo es una “aspiración real” de la mayoría de los pobladores de Ilo. Este razonamiento me hace recordar las numerosas preferencias históricas equivocadas de ciertas mayorías, como aquella que eligió a Barrabás.
MIRAR EL FUTURO CON REALISMO
Para abordar esta cuestión, propongo una especie de ucronía y situarnos en un escenario en el que ya se construyó una zona de abrigo, diseñada para facilitar el embarque de minerales de manera más eficiente. Sin embargo, esta obra no consideró un planteamiento integral, lo que nos lleva a reflexionar sobre que la única forma de hacer viable la denominada Región Macro Sur es identificar y definir con objetividad nuestras posibilidades reales de desarrollo, en el contexto del actual proceso económico mundial.
PLANIFICACIÓN REGIONAL CON VISIÓN DE FUTURO
Esto requiere necesariamente realizar un diagnóstico o estudio socioeconómico y ambiental de los recursos existentes o potenciales, con el fin de determinar qué proyectos pueden tener mayor impacto social y económico a corto, mediano y largo plazo, y establecer prioridades. Pero, dado que no contamos con un Plan de Desarrollo Nacional, considero conveniente proponer la contratación de una consultoría internacional, preferentemente en el ámbito de la Unión Europea, que, junto con los técnicos de todas las regiones del sur del Perú, elabore un plan conjunto.
No es que dudemos de la capacidad de nuestros profesionales; al contrario, ellos enfrentan limitaciones debido a la falta de información adecuada sobre las tendencias y necesidades de la economía global. Además, al momento de decidir o plantear alternativas, muchas veces se dejan llevar, comprensiblemente, por los intereses de sus respectivas regiones o “patrias chicas”. Desde las plazas de Armas de Arequipa o Cusco, la visión puede ser distinta a la que se tiene desde el lago Titicaca, el río Madre de Dios, el Caplina o el valle de Moquegua, lo que a menudo genera cegueras o enfrentamientos.
SIN VISIÓN NI LIDERAZGO, NO HAY DESARROLLO
La ausencia de una concepción clara de lo que somos y lo que podemos ser nos hace vulnerables a los intereses, caprichos o miopías de los líderes y gobernantes de turno, quienes muchas veces, además de mostrar soberbia o ineptitud, caen en una cierta locura.
Este escenario podría evitarse si tuviéramos una visión clara del rumbo a seguir: entonces, seleccionaríamos a los profesionales más adecuados para materializar ese futuro.
UNA PROPUESTA ESTRATÉGICA
En ese sentido, resulta imprescindible pensar en un desarrollo portuario integral en el sur del Perú, que considere las condiciones logísticas y técnicas de cada zona, dejando de lado sueños o egoísmos particulares. La alternativa más adecuada, desde una perspectiva geográfica, económica y empresarial, sería apostar por un consorcio en el que, entre otras empresas, participara necesariamente el Grupo México.
A este habría que ofrecerle todas las facilidades legales y tributarias para que su 2667división ferroviaria se interese en invertir y administrar una línea férrea, posiblemente electrificada con energía proveniente de Engie, que conecte hasta Bolivia y Brasil, según lo planteamos en nuestro libro El futuro sobre rieles (2005).
Considero que la rentabilidad de dicho proyecto estaría asegurada, beneficiando tanto a la empresa como a Ilo, la región de Moquegua y todo el sur del Perú, gracias al movimiento comercial y a los servicios complementarios que generaría. Además, su impacto sería duradero, al crear una riqueza que no se agota ni se renueva como el cobre, sino que se sostiene en la generación de valor a largo plazo. Un factor favorable es el interés del Grupo México en diversificar sus actividades empresariales.
ALIARSE ESTRATÉGICAMENTE
Respecto a la falta de una marina mercante con bandera nacional, este obstáculo podría superarse mediante la formación de una alianza estratégica con alguna de las grandes flotas navieras, como en el caso de Chile. Incluso, ¿por qué no?, siguiendo la máxima de que “si no puedes con el enemigo, únete a él”, buscar una alianza estratégica con el vecino del sur. Esto permitiría contar con cargas, mercado, medios de transporte y puertos con terminales especializados y protegidos.
UNA ADVERTENCIA FINAL: SIN VISIÓN COMPARTIDA, NO HABRÁ PROGRESO
Si no logramos promover una visión compartida y una acción coordinada entre empresarios, políticos y técnicos, la zona de abrigo, por sí sola, tendrá un impacto limitado en el desarrollo del sur peruano, al igual que en otros países del mundo donde la falta de visión y de liderazgo impide avanzar hacia un verdadero progreso integral.