POR: RONY FLOR COAYLA
Según versión del ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes, la oposición a la inversión minera en el país ha disminuido notablemente y hoy la mayoría de la población apuesta por una minería responsable.
No deja de tener razón. Aquí, por ejemplo, quienes no querían mesa de diálogo por Quellaveco ahora trabajan con la minera, hasta son proveedores y reclaman más canon minero. En los tiempos del Moqueguazo no querían mina, pero sí querían canon.
En el actual contexto y lo más cercano, ya está prácticamente construida la mina San Gabriel y piden urgente una mesa de diálogo para terminar las negociaciones; mientras que Tía María, si hace 15 años bloqueaba la vía y paralizaba todo el sur, ahora los opositores no son ni la sombra de los de antes y la construcción avanza a “100 por hora”.
La inversión en minería ha cambiado la vida de Moquegua desde Cuajone y ahora Quellaveco, pero eso no significa que las mineras hagan lo que les venga en gana.
¡En los Trinquetes Políticos, todo se sabe!
Maltrato a escolares deportistas
En los tradicionales Juegos Deportivos Escolares, en la etapa macro regional, llegó la queja desde Arequipa donde se acusa que las condiciones de hospedaje para la delegación de Moquegua son pésimas y exigen que la Dirección Regional de Educación diga “esta boca es mía”.
Con un maltrato seguro que eso afectará en el rendimiento de los niños deportistas y, si todo corre por cuenta y responsabilidad del anfitrión, la autoridad educativa de Moquegua debería reclamar.
Es aquí donde debería funcionar ese fondo económico regional en favor de nuestros representantes en edad escolar y no en particulares, como lo han transformado. Muchas veces se dijo: mientras delegaciones de otros departamentos van bien presentados —desde uniformes, alojamiento y alimentación— seguro que eso ayuda para una buena performance. Pero si las condiciones para los nuestros no son iguales, no esperemos que los deportistas vuelvan campeones.
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En las calles de la ciudad
El último sábado por la noche pasamos por el hospital de EsSalud y, como al parecer ya no había combis, una señora con bastón transitaba en medio de la oscuridad, caminaba para ver si alcanzaba otra ruta; su destino era Chen Chen. Nos ofrecimos para llevarla y la dejamos en la parte posterior de la cruz del barrio El Siglo, en medio de calles polvorientas y la soledad.
Emprendiendo el retorno vimos a un joven servidor del INEI, que labora como censista; también nos ofrecimos para trasladarlo a una zona segura. Nos agradeció, pero estaba esperando a sus compañeros. Eran casi las 22:00 horas y comprendimos el trabajo responsable que realizan.
Ojo, los censos permiten entender cómo vivimos y qué necesitamos, para diseñar políticas públicas más focalizadas, orientar los recursos con precisión y construir un mejor futuro del país para las próximas generaciones. Vaya nuestra felicitación y mucho éxito para los jóvenes censistas.
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