martes, 4 de noviembre de 2025
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Senamhi descarta relación entre sismos y fenómenos meteorológicos como lluvias o vientos fuertes

El especialista Nelson Quispe aclaró que no existe evidencia científica que relacione lluvias o vientos con la ocurrencia de movimientos sísmicos.

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Quizás más de una vez haya escuchado que un sismo de gran magnitud ocasiona cambios en el clima, o que los vientos fuertes y las lluvias son indicadores de la ocurrencia inminente de un terremoto. Pero, ¿existe una base científica para hacer tales afirmaciones? ¿Qué dice al respecto el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi)?

Ante la pregunta de si las condiciones del tiempo, como los vientos fuertes o las lluvias, pueden ser señales de un sismo inminente, el especialista del Senamhi, Nelson Quispe, sostuvo que “no tienen ninguna asociación este tipo de eventos; no tiene nada que ver un fenómeno con el otro”.

“Mucha gente comenta que, previo a un movimiento telúrico, las condiciones atmosféricas cambian y son mucho más adversas; sin embargo, esos solo son comentarios de la población. Científicamente, esto no está comprobado”, aseguró el meteorólogo.

Respecto a si los sismos pueden provocar cambios en el tiempo, como vientos fuertes, lluvias o tormentas, Quispe señaló que tampoco existe ninguna relación entre un movimiento telúrico y los cambios atmosféricos. “Descartamos este tipo de asociación como se comenta popularmente”, remarcó.

De este modo, sostener que un sismo es un «presagio» de cambios en las condiciones meteorológicas corresponde únicamente a creencias populares sin respaldo científico.

ALGUNAS DEFINICIONES

El Senamhi define el viento como el movimiento del aire en la atmósfera con respecto a la superficie terrestre.

De acuerdo con el glosario del Senamhi, la precipitación es “cualquier forma de partículas de agua, líquidas o sólidas, que caen de la atmósfera y llegan al suelo”.

Por su parte, la lluvia se considera una precipitación de agua líquida, en la que las gotas son más grandes que las de una llovizna. Proceden de nubes de gran espesor, generalmente de tipo nimboestrato, según detalla el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI).

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