Tras la visita de los ministros de Energía y del Ambiente, Rómulo Mucho y Juan Carlos Castro, respectivamente, a la cuenca del río Coralaque, muchas voces se han levantado exigiendo la declaratoria de emergencia en la zona del río Tambo, entre ellas las de los alcaldes distritales de la provincia arequipeña de Islay.

Al respecto, es necesario recordar que según estudios e informes independientes realizados por entidades como Ingemmet y la OEFA – y reportados en un artículo publicado por la revista Energiminas (N° 66-2018), citando dichos documentos -, se detectaron 44 géiseres naturales en varias zonas de la cuenca del valle de Tambo, entre Moquegua – Arequipa, afectando precisamente a los distritos de la provincia de Islay como Cocachacra, Punta de Bombón, Deán Valdivia y Mejía.

Pero estos datos no son nuevos, basta remitirse a lo que decía la OEFA en 2017, en su informe de febrero y mayo N° 078-2017-OEFA/DE-SDCA-CMVA3, que, firmado por diez profesionales y tras varios muestreos al agua, suelos y vegetales, a pedido de la población, arrojaban presencia de arsénico en niveles superiores a lo determinado, y no por fallas de los agricultores o de la actividad minera propia de la zona, sino como reseñaba el informe oficial, porque el agua ya venía naturalmente contaminada por los géiseres.

En toda esta zona, donde abunda la actividad minera, no solo Tía María, sino también la segunda relavera de Cerro Verde, la mina de cobre Chapi, la mina Tucari, el proyecto San Gabriel y Los Calatos, además de la presa Pasto Grande, y el proyecto de embalse Paltiture, que, si bien desemboca en el Pacífico, pasa por zonas volcánicas con varias emanaciones de géiseres que contaminan de manera natural las aguas con boro y arsénico, principalmente.