El restaurante «Doña Luzmila», un emblema gastronómico de la caleta de Catarindo en Mollendo, celebra este 2025 medio siglo desde su fundación. Reconocido por su plato insignia, el perol, este negocio familiar ha mantenido viva la esencia de la cocina mollendina y se ha convertido en un punto de referencia para locales y turistas.
Fundado a mediados de la década de los 70 por Luzmila Pareja de Álvarez y su esposo, el restaurante comenzó como un pequeño emprendimiento en una época en la que Catarindo apenas contaba con servicios básicos. «Cuando mis padres llegaron aquí, no había luz ni agua. Era una caleta rocosa y aislada», relata Sonia Álvarez Pareja, hija de la fundadora y actual encargada del negocio.
CREATIVIDAD ANCESTRAL
El perol, como lo conocemos hoy, surgió de la creatividad de doña Luzmila al combinar mariscos locales con recetas tradicionales peruanas. «Mi mamá ya tenía experiencia cocinando en picanterías de Arequipa y decidió usar los mariscos del lugar. Experimentó mucho, y al final creó este plato único», cuenta Sonia.
EL NOMBRE DEL PEROL
Inicialmente, el plato no tenía nombre oficial, se conocía como «picante de mariscos» pero se servía pocillos. Fueron los propios comensales quienes lo bautizaron como «perol», inspirado en el recipiente en el que se servía. «Ese nombre quedó para siempre. Era algo simple, pero especial, y la gente comenzó a buscarlo cada vez más», recuerda Sonia.
INSUMOS FRESCOS
La hija de doña Luzmila destaca que la frescura de los ingredientes es el punto más importante para obtener buenos y sabrosos platos. “No hay polvos mágicos. La cocina es igual en todo sitio. El único secreto que nosotros tenemos, y que mi mamá nos ha compartido y enseñado, es que todo sea fresco: el pescado, los mariscos; simplemente del mar al plato y al comensal”, explica.
RECONOCIMIENTOS QUE CRUZAN FRONTERAS
Con el paso del tiempo, «Doña Luzmila» fue ganando fama, no solo en Islay, sino a nivel nacional. Personalidades como el expresidente Alan García y el reconocido chef Gastón Acurio han destacado la calidad de su cocina. «Mi mamá siempre fue humilde, pero se emocionaba mucho cuando alguien famoso elogiaba su comida. Para ella, cada plato vacío era el mejor reconocimiento», comenta Sonia.
UN LEGADO QUE SIGUE VIVO
Hoy, medio siglo después, el restaurante sigue siendo gestionado por la familia Álvarez Pareja, quienes han mantenido intacto el legado de doña Luzmila. «Es un compromiso enorme, pero también un orgullo. Queremos que cada comensal se lleve un pedacito de Catarindo en cada bocado», asegura Sonia.
Además del perol, el restaurante ofrece una variedad de platos típicos, todos elaborados con ingredientes frescos y locales.
ESFUERZO, PASIÓN, PERSEVERANCIA
En este aniversario tan especial, «Doña Luzmila» se prepara para recibir a cientos de visitantes que llegan para disfrutar del sabor único del perol y rendir homenaje a una historia de esfuerzo, creatividad y amor por la cocina mollendina.
Con su historia, «Doña Luzmila» no solo es un ícono de la gastronomía, sino también un símbolo de cómo el esfuerzo y la pasión pueden transformar una idea en un legado cultural. Este aniversario de 50 años reafirma el papel del restaurante como un referente en la región y un ejemplo de perseverancia familiar.