POR: DR. PHD. JAVIER FLORES AROCUTIPA
Según información del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) al mes de octubre del 2025, la población penitenciaria extranjera asciende a 5 791 internos, cifra que equivale al 6 % de la población penitenciaria del Perú.
De este total, el 40 % está vinculado a delitos patrimoniales como hurto y robo, mientras que el 20 % presenta asociación con tráfico ilícito de drogas, principalmente como transportistas en estructuras delictivas internacionales. Estos patrones diferencian a los internos extranjeros como un grupo con rasgos delictivos asociados a organizaciones criminales transnacionales que suelen reclutar migrantes en situación vulnerable.
NACIONALIDADES CON MAYOR PRESENCIA EN EL SISTEMA PENITENCIARIO
Los datos del INPE muestran la siguiente distribución de internos extranjeros en octubre del 2025: Venezuela registra 4 366 internos, seguida de Colombia con 791, Ecuador con 168, Bolivia con 79, México con 76, Argentina con 64, Brasil con 61, Chile con 35, China con 17 y República Dominicana con 16. Otros países registran cifras menores.
La abrumadora presencia venezolana refleja la magnitud del flujo migratorio hacia el Perú en los últimos años.
¿DÓNDE SE ENCUENTRAN ESTOS INTERNOS?
Los centros penitenciarios con mayor concentración de población extranjera son Lurigancho con 1 219 internos y Huaral con 444. En el caso de mujeres, destacan el Anexo de Mujeres de Chorrillos con 91 internas, el Establecimiento Penitenciario Mujeres Chorrillos con 75 internas, y el penal de Sullana con 36 internas.
La información confirma que los penales de Lima y Callao continúan absorbiendo la mayor carga penitenciaria extranjera.
¿QUÉ REVELAN LOS DATOS PENITENCIARIOS?
Los registros muestran que la migración extranjera ha generado un incremento proporcional en los niveles de inseguridad, con patrones delictivos que superan o igualan los de la población penitenciaria peruana.
Existe un aumento real y sostenido de internos extranjeros —especialmente venezolanos— coherente con la magnitud de los flujos migratorios recientes.
Los delitos más frecuentes entre esta población son patrimoniales y transporte de drogas, conductas asociadas a vulnerabilidad económica y mayor exposición a redes criminales internacionales.
Lurigancho continúa siendo el principal centro receptor de población extranjera, lo que incrementa la presión operativa y la necesidad de programas diferenciados de tratamiento penitenciario.
