POR: ARNULFO BENAVENTE DÍAZ
Siempre hemos escuchado que las personas dicen: ¿Quién es perfecto? Y también: ¿Qué es lo perfecto? El filósofo griego Aristóteles, en su libro Metafísica, explora el concepto desde diferentes perspectivas, dependiendo del contexto. El pensador Aristóteles no presenta una definición estática, sino que la idea de perfección se deriva de su comprensión de la naturaleza y el propósito de las cosas. Su enfoque se centra en la teleología, la idea de que todo ser tiene un fin o propósito.
Observamos que inicia con lo siguiente: «Perfecto se dice, por de pronto, de aquello que contiene en sí todo, y fuera de lo cual no hay nada, ni una sola parte».
TRES PERSPECTIVAS
Completitud: Para Aristóteles, algo es perfecto cuando está completo, es decir, cuando posee todas las partes o características necesarias para realizar su función o alcanzar su fin. Un ser vivo, por ejemplo, sería perfecto cuando posee todos sus órganos y funciones en buen estado, y puede cumplir su propósito biológico de supervivencia y reproducción. Esta perfección es relativa a la naturaleza de cada ser.
Excelencia: La perfección también se relaciona con la excelencia o la virtud. Un objeto o ser vivo es perfecto cuando alcanza el máximo grado de excelencia en su especie o género. Un cuchillo perfecto corta con precisión y eficiencia; un atleta perfecto demuestra las mejores habilidades en su deporte. Esta perfección implica un estándar de comparación dentro de una categoría específica.
Realización del fin: Un elemento clave en la concepción aristotélica de la perfección es la realización de su propósito o telos. Un ser vivo es perfecto cuando ha alcanzado plenamente su potencial, cumpliendo su función natural. Una planta perfecta florece y produce semillas; un ser humano perfecto desarrolla plenamente sus capacidades intelectuales y morales. Esta perfección es teleológica: se define en relación con el fin inherente al ser.
En realidad, es importante notar que, para Aristóteles, la perfección no es un estado absoluto o ideal inalcanzable, sino un concepto relativo al tipo de ser considerado y su capacidad para alcanzar su fin natural. No implica necesariamente la ausencia de defectos, sino la realización plena de las potencialidades inherentes a cada cosa.