POR: LILIANA LA ROSA HUERTAS
MINISTRA DE DESARROLLO E INCLUSIÓN SOCIAL
Una joven Cajamarquina, con pollera oscura y sombrero de paja, esperaba ansiosamente por fin ser ingresada al Programa Juntos. Tenía su niña en la espalda y un niñito recostadito sobre ella. Conversaba con una joven más o menos de su edad, identificada con un chaleco institucional. Alcancé a oir que la consolaba diciendo “no te preocupes, esto se va resolver pronto, sólo queda esperar que amplíen el presupuesto o que algunas de las señoras pierdan el derecho, pues varias de ellas ya tienen hijos que acabaran la secundaria. Además, eres joven, tú puedes luchar, trabajar, ¿qué te falta?
La miré con cariño y saludé con un beso en su mejilla, sonrió. Acaricié a su niñita en su naricita y me dijo, se llama Elena. ¿Y tú? Pregunté: Zenovia, me llamo. ¿Tiene dos bebes?, sí, Elena y Juan, ella tiene 9 meses y Juan 2 años. ¡Se parecen a ti, tienen tus ojos lindos!, ¿cuántos años tienes?, 19 tengo. Oh, yo te gano de largo, dije riendo. ¿Estudias?, no, trabajo, en casa, me pagan poquito, pero son buenos con mis hijos. Es que no he estudiado, solo llegué a tercer grado. Me quedé huérfana, mis padres murieron cuando era chica, mis abuelitos no pudieron mandarme a estudiar. ¿Vives con ellos? Si, y con mi esposo y hermanito.
Yo solo quiero un poco de ayuda para avanzar, no puedo estudiar, no hay dónde, no puedo sembrar, perdimos todo porque la mina compró a todos y nos pagó poquito. Acá me vine con todos y sólo quiero un poquito de ayuda para seguir haciendo cosas y vender, cocino rico, en el Cuna Más me han enseñado, yo siempre participo, me gusta aprender, hago sombreros, tejo.
Zenovia, como miles de jóvenes quieren una oportunidad para avanzar en la vida, poder sacar adelante a sus hijos, seguir aprendiendo, cuidar de su familia y ser feliz. Estaba resignada a no estudiar porque ya tenía hijos y era pobre, se consolaba diciendo que “así era la vida con ella”. Sólo pedía una oportunidad y recibir la ayuda del Programa Juntos, era por ahora su sueño, su esperanza.
Ciertamente, nada le faltaba, ni ojos, ni nariz, ni boca, era igual a mí y a la joven del Ministerio, pero las diferencias eran profundas. No tuvo las oportunidades de crecer con sus padres, de gozar del derecho a la educación, la salud, orientación en planificación familiar, pero tenía fuerza, ilusión, capacidad de aprender y luchar, era tenaz. Sólo necesitaba un Estado cercano, simple, garante de derechos, allí estábamos, para servir, para cuidar sus sueños y facilitar su esfuerzo en la construcción de las oportunidades que cobijaba en su corazón.
MIDIS EN MOQUEGUA
En la región Moquegua, el Midis atiende a un total de 29,682 usuarios a través de sus programas sociales Qali Warma, Cuna Más (Cuidado Diurno), FONCODES y Pensión 65. En lo que respecta a anemia se ha focalizado la intervención en dos distritos como Torata en Mariscal Nieto y El Algarrobal en Ilo.
