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16 junio, 2025 6:14 pm

Pugnas en la historia para reflexionar

No se entiende cómo en tendencias políticas de una misma ideología puedan existir fuertes discrepancias y débiles coincidencias, dando más importancia a aquéllas que a éstas.

POR: EDGARD NORBERTO “BETO” LAJO PAREDES

En forma panorámica expondremos respecto a las pugnas acaecidas en nuestra historia, a la actualidad:

En el Tawantinsuyu, se dio entre los hermanos Huáscar y Atahualpa, hijos de Huayna Cápac, por el poder del cetro inca.

En el Virreinato, se desató entre los socios, pizarristas (ejecutaron a Diego de Almagro) y almagristas (asesinaron a Francisco Pizarro), por la ambición del oro y encomiendas (apropiación de tierras y aborígenes para sus servicios y explotación).

En la Rebelión de Túpac Amaru II, los indígenas formaron parte, la mayoría, en las filas del ejército realista (Rey de España), y otros, en las huestes del rebelde de Tinta.

En la República, surgió entre peruanos: ejército de la confederación, compuesto por peruanos y bolivianos, estaban a favor de la Confederación Perú-Bolivia; y ejército de la restauración, formado por peruanos y chilenos, enemigos de la confederación.

Curiosamente, hay episodios donde los peruanos hemos acudido a los extranjeros para pelearnos entre nosotros:

En el Tawantinsuyu, los españoles, sin la ayuda de cañaris, huaylas y yungas, no hubieran podido vencer a los incas; los apoyaron para liberarse de los cuzqueños, siendo esclavizados por los ibéricos.

En la Emancipación, con el concurso de venezolanos, colombianos, ecuatorianos, argentinos y chilenos, nos independizamos de España.

En la Rebelión de Túpac Amaru II, fue traicionado por gente de su entorno, favoreciendo al monarca europeo (extranjero).

En la República, los peruanos de ambos bandos (confederados y restauradores) decían batallar por la soberanía del Perú; más pelearon por los intereses extranjeros.

Tales sucesos se repiten en el presente siglo XXI: en la derecha, entre los propios neoliberales; y en la izquierda estatista, entre los mismos marxistas cerronistas y caviares.

En el lustro 2016–2021, Fuerza Popular de Keiko Fujimori tenía mayoría absoluta en el Congreso, y Peruanos por el Kambio de Pedro Pablo Kuczynski ostentaban la Presidencia y ministerios. Ambos, neoliberales, pudieron y debieron cogobernar; hicieron lo contrario, enfrentarse cainitamente, provocando la crisis política que continúa.

En lo que va del período 2021–2026, salió elegido jefe de Estado el Prof. Pedro Castillo, postuló por el partido político Perú Libre de Vladimir Cerrón, marxista formado en la Cuba comunista de Fidel Castro, y admirador de Mao Tse-Tung y su genocida revolución cultural. El presidente Castillo designó en los ministerios a “caviares”, personajes considerados de la “izquierda burguesa”; ocasionando el enojo de Cerrón, declarado enemigo de ellos, por lo que obligó a Castillo a renunciar a Perú Libre. Luego, expulsó del partido maoísta a Dina Boluarte, cuando era vicepresidenta de la República, hoy presidenta por sucesión constitucional.

No se entiende cómo en tendencias políticas de una misma ideología puedan existir fuertes discrepancias y débiles coincidencias, dando más importancia a aquéllas que a éstas.

Por último, no podemos dejar de referirnos a la coalición en el Congreso de la República, pactada en la composición de la mesa directiva integrada por los partidos políticos de: Alianza para el Progreso, Fuerza Popular, Perú Libre y Avanza País, al cual se suma Renovación Popular, Bloque Magisterial; evidenciándose la eficacia de la coalición: en la designación de altos funcionarios tolerantes; aprobación de leyes a favor de sus líderes procesados; y, en el comportamiento político de blindar a la presidenta y ministros. Se unen para connivencias, no en torno a un Proyecto Nacional de inversión para el desarrollo en democracia con justicia social.

Debemos hacer reflexión colectiva y construir consensos, con la misión de: resolver el drama constitucional; recuperar la ética del ama sua (no seas ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama quella (no seas ocioso); y decidirnos unánimemente por el Estado constitucional de derecho, donde prime la ley, se respete la ley, se cumpla la ley y se le saque brillo a la ley.

Análisis & Opinión