POR: SANTOS COHAILA FLORES
El reciente electo rector de la Universidad Nacional de Moquegua (UNAM) Hugo Rubén Marca Maquera, tiene el deber de invertir las transferencias que el gobierno central otorga, producto de las transferencias y el canon minero de cada año. Los 8 proyectos semiabandonados en el 2024 tienen un PIM (Presupuesto Institucional Modificado) de casi 19 millones de soles, y solo se ha logrado ejecutar casi dos millones de soles en dicho año.
El proyecto que más pesa es el 2499502, que tiene un PIM de 10.3 millones de soles, pero solo se ha ejecutado el 2.2%. Aquí, los funcionarios de confianza de la gestión 2024 tienen que «poner las barbas en remojo» o explicar qué es lo que ha pasado. Ha quedado para el 2025 la suma de 10.1 millones de soles.
Otro proyecto preocupante es el 2521143, con un PIM de 5.5 millones de soles, de los cuales solo se han invertido 1.6 millones de soles, dejando por invertir para el 2025 la suma de 3.9 millones de soles.
Por otro lado, un proyecto con inversión mínima es el 2522559, que tiene un PIM de 1.9 millones de soles, pero solo se logró invertir 25 mil soles, es decir, apenas el 1.3%. Entre estos tres proyectos, se ha dejado de invertir la suma de 15.8 millones de soles.
MENOR PRESUPUESTO EN – 6.6 MILLONES
Ahora la gestión del rector Marca tendrá un menor presupuesto en comparación con el año 2024. Si bien aún se encuentra en proceso, el 2024 el PIA (Presupuesto Inicial de Apertura) fue de 84.8 millones de soles, distribuidos en formación de pregrado con 47 millones de soles, acciones centrales con 12.8 millones de soles y asignaciones que no resultan en productos con 24.9 millones de soles.
El 2025 deja un sinsabor en cuanto al PIA, ya que el total general de la universidad se ha reducido en 6.6 millones de soles respecto al 2024, lo que representa una disminución del 7.8% en el PIA. La partida que más ha caído es la de asignaciones, con una reducción de -14.7 millones de soles, lo que equivale a una caída del 59%.
Así debe evaluarse qué harán las autoridades electas para gestionar, en primer lugar, la recuperación de esos 6.6 millones de soles menos, y, en segundo lugar, cuánto más de recursos logran conseguir, priorizando siempre que «el fin supremo de la universidad es el estudiante». Hay mucho por hacer.