POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)
Como si fuera poco a los efectos de apocalípticos del covid-19, en nuestro país se suma la crisis política, social y la económica en mayor proporción por la desconfianza en la gobernabilidad. Esta última se expresa con el alza costo de vida, la elevación del costo de vida y la desocupación.
Algunos partidos fácilmente responsabilizan la situación imperante al actual gobierno. Su intención es crear más zozobra e impaciencia en la población. La crisis no es de ayer es de hace varios años, es internacional y se acentuó con la pandemia.
El petróleo que es el insumo de consumo vehicular, después de su caída en el 2019 y 2020, en el inicio del presente año comenzó a ascender desde los 60 dólares por barril a los 72 en la actualidad (Véase Cuadro N° 1).
La explicación es que al vacunarse masivamente Norteamérica, Europa y China provisionalmente de la reactivaron su economía y demandan más consumo de petróleo y con el efecto sobre la elevación del combustible. Perú que no se autoabastece de petróleo un porcentaje debe importarlo y como correlato los derivados de este elevan el precio de la gasolina y el gas doméstico.
El otro aspecto que agrieta nuestra débil economía es la elevación del tipo de cambio. Por primera vez en el presente mes, comprar un dólar cuesta más de cuatro soles. Nuestra moneda se deprecia o desvaloriza (a mejor entendimiento).
Y como somos importadores de trigo para el pan y fideos, maíz para alimentar nuestros pollos de cada día, el petróleo para los insumos vehiculares, entonces necesitamos más soles para pagar dichas commodities (materias primas).
La pregunta lógica es por qué ocurre. Una causa principal es la demanda de dólares, el refugio de los ahorristas y especuladores de convertirlo todo a dólares. Segundo la fuerte salida de dólares por parte de posesionarios de esta moneda hacia la banca extranjera. La campaña política irresponsable crea pánico e inseguridad cuando se afirma que el gobierno de Castillo embargara las cuentas en dólares y que autorizara la invasión de las viviendas al estilo Venezuela.
Como consecuencia directa de la subida del petróleo y el tipo de cambio es la elevación de la inflación que debería estar mensualmente entre el 1% al 3% para mantener el equilibrio económico, sin embargo, la inflación en el mes de julio se elevó al 3.4%. El ciudadano sobreviviendo con bajos ingresos y en desempleo siente que le quitan la vida con la suba de los precios.
A pesar del panorama negativo y alarmante, nuestro país puede superar la tempestad.
Primero darle gobernabilidad al actual mandatario presidencial, segundo, continuar universalizando la vacunación al extremo de que sea requisito de trabajo en el sector público y privado. Tercero, apurar la autonomía del Banco Central de la Reserva del Perú (BCRP) con nuevos directivos para que venda dólares al mercado y equilibre el tipo de cambio.
No todo es negativo, nos ayuda el actual contexto del mercado, la tendencia de los precios de los minerales es alcista, se calcula que el petróleo tiene techo pues los países petroleros al sentir el alza aumentan su producción y conlleva a la baja del precio del petróleo.
Se añade que la Compañía de Minas Buenaventura S.A.A. canceló al Estado peruano una deuda tributaria por más de S/ 2,134 millones según informo SUNAT e implica ingresos para el Estado, el plan de inversiones para los cien primeros días, la probable corrección de errores y la votación congresal de confianza al Gabinete Ministerial, la convocatoria a elecciones regionales y locales entre otros podrían permitirnos darnos un respiro de la maldita pandemia y avizorar un futuro más esperanzador del que algunos políticos nos quiere llevar para servir a sus intereses.
