POR: MSC. MBA (C) – PMO ARQ. GUSTAVO PUMA CÁCERES [PLANIFICADOR URBANO TERRITORIAL Y PORTUARIA, GOBERNANZA TERRITORIAL Y GESTIÓN DE CIUDADES PUERTO]
El concepto de «Estado fallido” proviene de la teoría política y se refiere a un país cuyo gobierno ya no puede ejercer control efectivo sobre su territorio, garantizar seguridad básica o proveer servicios esenciales a su población.
El Fund for Peace (organización que publica el Fragile States Index) considera estos 12 indicadores para medir el colapso estatal: (1) Presión demográfica, migración masiva, conflictos étnicos. (2) Refugiados y desplazados internos. (3) Agravios grupales, discriminación, violencia sectaria. (4) Fuga de capitales y humanos, éxodo de talentos, fuga de cerebros. (5) Desarrollo económico desigual. (6) Pobreza y declive económico. (7) Legitimidad del Estado, desconfianza en instituciones. (8) Servicios públicos, salud, educación, infraestructura colapsada. (8) Derechos humanos y estado de derecho impunidad, corrupción. (10) Aparato de seguridad, policía y FF.AA. ineficaces o represivas. (11) Élites fracturadas, luchas de poder entre grupos políticos. (12) Intervención externa, dependencia de ayuda internacional.
Ante estos indicadores el Perú es un país con alto riesgo de fracaso estatal y puntúa mal en al menos seis de estos indicadores.
En el 2024, del medio británico, The Economist abordó la profunda crisis política peruana, destacando sus causas, actores clave y posibles escenarios futuros, su tesis central sostiene que: «El Perú enfrenta una de sus peores crisis políticas en décadas, con un gobierno impopular, un Congreso fragmentado y una ciudadanía desencantada, lo que aumenta el riesgo de inestabilidad preelectoral en 2026».
Las causas de la crisis serían; la vacancia de Pedro Castillo (2022) y ascenso de Dina Boluarte, donde The Economist describe el gobierno de Boluarte como «ilegítimo para gran parte de la población», especialmente en el sur andino, donde las protestas dejaron más de 60 muertos entre 2022-2023 y que hasta la fecha no hay responsables políticos y la represión estatal «profundizó la brecha entre Lima y las regiones».
La fragmentación política y falta de liderazgo, donde el Congreso peruano es visto como «disfuncional», con partidos y congresistas más enfocados en sus intereses con luchas internas y reformar para sí, como es el caso de que los congresistas podrán postularse como senador y diputado, llevar a cabo campañas políticas sin necesidad de renunciar a su cargo. También seguirán cobrando su sueldazo, gracias a la promulgación de la Ley 32058, aprobada por ellos mismos. Hay una crítica a la «judicialización de la política” ejemplo: persecución a Castillo, e inhabilitaciones a Martin Vizcarra, Francisco Sagasti, Salvador del Solar entre otros.
El descontento social y desconfianza en las instituciones se muestra en últimas encuestas que más del 97% de peruanos desaprueba a Dina Boluarte el 95% desaprueba al Congreso (Ipsos), por los grados de corrupción, casos como: Boluarte y su wayki del Rolex, los Niños, los mocha sueldos, 15 congresistas investigados que enfrentan procesos por corrupción, lavado de activos o violencia de género (La República, 2024). Todo ello ha «erosionado la poca fe en la democracia y en la política», existe una altísima desconfianza institucional, solo 7% de peruanos confía en los partidos políticos (INEI, 2024).
Existe riesgos para el 2025-2026, el posible adelanto de elecciones si la presión social aumenta, Boluarte podría caer antes de 2026, pero es difícil, ya que la sociedad civil se ha dado cuenta que hay pacto político entre el ejecutivo y el legislativo, todo es una pantomima política. Otro riesgo seria la crisis económica con conflictos mineros y desaceleración global podrían empeorar la recesión técnica.
Con todo lo descrito, ¿está el Perú en camino a ser un “Estado fallido”? Mi percepción es que aún no es un “Estado fallido” hoy, pero sí un «Estado frágil» por estar en riesgo de colapso, que si no hay reformas profundas (política, judicial, económica) podría caer en un escenario como el de Haití o Bolivia. De hecho, a un año de las Elecciones del 2026 estas serán clave, si ganan outsiders radicales de extrema derecha o de extrema izquierda, el riesgo aumenta.
El llamado Acuerdo Nacional que dejo Valentín Paniagua no ha sido tomado en cuenta por ningún partido de gobierno, poco o nada les ha interesado seguir la ruta que se trazó en ese documento. El país está en un «limbo político», sin salida clara a corto plazo, las elecciones 2026 serán cruciales y podrían llevar al poder a un outsider radical y hay la puerta abierta del riesgo de ingobernabilidad, que, si no hay reformas, el país podría caer en un ciclo de violencia.
El Perú necesita: (1) un pacto nacional entre partidos políticos, sociedad civil, el sector privado y la academia para evitar un colapso democrático. (2) Una reforma política con financiamiento transparente y elecciones primarias. (3) Fortalecer seguridad y lucha contra crimen organizado. (4) Inversión en servicios básicos (salud, educación). (5) Gobernar para el colectivo y hacer el bien común.