POR: GUSTAVO PUMA CACERES (gpumacac@unsa.edu.pe)

El cardenal Robert Francis Prevost, antiguo obispo en Perú y prefecto del Dicasterio para los Obispos, asume el solio pontificio bajo el nombre de León XIV, convirtiéndose en el segundo Papa americano y el primero de origen agustino. Su elección marca un momento crucial para la Iglesia Católica, en un mundo marcado por la desigualdad, los conflictos geopolíticos y las demandas de justicia social.

Prevost, considerado un hombre de talante reformista y diálogo, fue una figura cercana al Papa Francisco, lo que sugiere una continuidad en la línea de una Iglesia sinodal, cercana a los pobres y comprometida con la justicia. Sin embargo, su postura ante cuestiones como la ordenación femenina y los derechos LGBT+ sigue siendo conservadora, reflejando el equilibrio entre tradición y apertura que caracteriza al catolicismo contemporáneo.

El nombre «León» no es casual: evoca a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum (1891), piedra angular de la Doctrina Social de la Iglesia. Es un documento fundacional que aborda la “cuestión obrera”, “la justicia social” y “los derechos de los trabajadores”. El Papa León XIV podría continuar esta tradición, enfatizando la doctrina social de la Iglesia con un enfoque en los pobres. ¿Será León XIV un pontífice que retome ese legado con fuerza renovada?

LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN: ENTRE LA HERENCIA Y LA RENOVACIÓN

Nacida en América Latina en los años 60 y 70, la Teología de la Liberación (TL) surgió como una respuesta cristiana a la pobreza y la opresión, encabezada por teólogos y sacerdotes como Gustavo Gutiérrez (Perú), Leonardo Boff (Brasil) y Óscar Romero (El Salvador). Su enfoque combinaba el Evangelio con el análisis marxista, lo que generó tensiones con el Vaticano durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes la criticaron por su “reducción sociopolítica del mensaje cristiano”.

Sin embargo, con la llegada de Francisco —el primer Papa latinoamericano—, la TL experimentó una rehabilitación parcial. Aunque Francisco nunca ha abrazado su vertiente marxista, ha integrado su “opción preferencial por los pobres” en discursos y documentos como Evangelii Gaudium y Fratelli Tutti.

¿EL PAPA LEÓN XIV FAVORABLE A LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN?

Existen varios escenarios. Dada la influencia del Papa Francisco, un hipotético León XIV podría sintetizar la preocupación social de la Teología de la Liberación con un enfoque más pastoral que ideológico, y simbolizar una vuelta a las raíces sociales del cristianismo. Al examinar los posibles escenarios, se observan tres caminos potenciales:

OPCIÓN PROGRESISTA

En este caso, León XIV podría revalorizar aspectos esenciales de la Teología de la Liberación, rescatando su dimensión espiritual y su opción preferencial por los pobres, pero manteniendo distancia de sus derivaciones político-radicales. Esta postura implicaría una rehabilitación parcial del movimiento.

ENFOQUE CONSERVADOR

Alternativamente, podría optar por distanciarse de esta corriente teológica, siguiendo la línea de pontífices anteriores que mostraron reservas ante lo que percibían como una excesiva politización del mensaje evangélico.

VÍA MEDIA (EL ESCENARIO MÁS PLAUSIBLE)

Considerando la influencia del Papa Francisco y el propio perfil de Prevost, lo más probable es que busque una síntesis equilibrada. Esta aproximación integraría la preocupación social de la Teología de la Liberación dentro de un marco pastoral, despojándola de sus componentes ideológicos más controvertidos y recuperando las raíces sociales del mensaje cristiano.

Esta tercera vía representaría una evolución natural del pensamiento social católico, donde la opción por los pobres se mantendría como eje central, pero articulada a través de mecanismos institucionales y pastorales antes que mediante activismos políticos.

La experiencia latinoamericana de León XIV —y la de haber recorrido los pueblos de Chiclayo donde no llegaban las autoridades— jugaría aquí un papel clave, permitiéndole comprender tanto el potencial transformador como los riesgos de esta corriente teológica.

El pontificado de León XIV se perfila como posible heredero del legado de Francisco, preservando su enfoque y énfasis en la justicia social y su visión de una Iglesia que privilegia el diálogo y la inclusión.

Su prolongada experiencia pastoral en contextos latinoamericanos —y más aún en el Perú, donde la Teología de la Liberación echó raíces profundas—, así como su consistente labor en favor de los marginados, permiten vislumbrar una afinidad conceptual con los postulados centrales de esta corriente teológica.

Sin embargo, esta potencial conexión se mantiene en el terreno de lo especulativo, pues el nuevo pontífice no ha expresado aún una posición definida sobre el particular.