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22 noviembre, 2024 5:53 am

Pandemia, la nueva guerra

Por: El Nictálope

Estamos en el día 31 del período de cuarentena. Hay tanta información en medios y redes, que es difícil evitarla. Obligados a un ostracismo vital, las opciones de sobrellevar este período son realmente difíciles.

Imagino a una familia de cuatro miembros en un departamento de 75 metros cuadrados. Habitáculo sólo para dormir y algunas veces cenar, en tiempos normales. El celular, con todos sus innumerables defectos, aísla más a las personas. El diálogo está muerto, o casi. Y si se conversa, es fácil caer en conflicto.

Recetas para sobrellevar esta situación, son tantas y muchas veces inaplicables. El imperio del celular es nefasto. Es otra pandemia. La falta de ejercicio o actividad comienza a cobrar resultados. Las dietas, no son las ideales. Con las limitaciones para adquirir productos en el mercado, hay que asegurar la comida diaria con lo que se obtenga.

El costo es realmente alto. Incluidos los muertos, si lamentablemente caen sobre una familia. Es lo que la humanidad con ligeras variantes, sufriría en un estado de guerra. Es una guerra.

Es una guerra totalmente atípica. Una guerra para la que la humanidad no estaba preparada. No había que movilizar ejércitos, salvo para cuidar calles y controlar irresponsables. Mucho menos armamento. De nada sirve todo el arsenal que acumulan los países, cuando el verdadero arsenal debería haberse adquirido para hospitales.

El tradicional soldado, no sirve. El verdadero soldado, es el médico, es la enfermera, es el técnico, es el que limpia hospitales. Ellos son, pero no tienen el armamento esencial, ni siquiera el más elemental.

Por eso, el costo seguirá siendo alto. Parece ridículo y hasta son para llorar, las acciones que algunas autoridades locales y regionales, la mayoría ineptas, toman y proclaman como grandes decisiones (cerrar vías de comunicación o alquilar hoteles o salir en redes para exigir a empresas privadas lo que ellos deben hacer).

¿Por qué no invertir todo ese dinero, tiempo y esfuerzos en abocarse primero, a mejorar las condiciones hospitalarias de sus circunscripciones, a promover entre ciudadanos con conocimientos técnicos y profesionales, pero sin dinero y respaldo, la fabricación de esas “armas” que realmente se necesitan?.

No se requieren bolsas de comida, ni cierre de carreteras, ni alquilar hoteles. Se requiere de manera urgente mascarillas, cabinas de desinfección, producción de ropa adecuada para la protección en hospitales o centros de salud, fabricación de equipos hospitalarios, como los muy vitales respiradores mecánicos. ¿Por qué no concentrar su esfuerzo principal en lo que realmente se necesita?

Análisis & Opinión