No es la primera crisis que se vivirá, ni la última, la diferencia quizá con las anteriores radica en que ahora tenemos de forma simultánea a muchos medios de comunicación compartiendo información a cada minuto y por distintos canales (redes sociales, prensa escrita, radial y medios televisivos) y cuando esta información en su mayoría de casos es tergiversada y soslaya, somete a quien las recibe en una atmosfera de preocupación e incertidumbre.
Como toda crisis, tiene un inicio y tendrá un final, por lo tanto no se debe perder la perspectiva de los planes programados y establecidos a inicios de año, tomando “al toro por las astas” y asumiendo la situación con decisiones acertadas. Algunas medidas como MYPE para enfrentar esta crisis que “golpea a todos”, son las siguientes:
- OPTIMIZAR LOS RECURSOS:
Ante la crisis económica, acortar los presupuestos es necesario para reducir los gastos que se ejecutarán en adelante, esta medida permite aprovechar al máximo los recursos actuales (humanos, materiales y financieros), claramente son decisiones que atañen no solo al encargado de la empresa, sino a todo el grupo de trabajo; con el aislamiento social y la prohibición de reuniones, la poca comunicación que pueda entablarse por medios alternativos, debe ser clara, eficiente y creativa.
- REPLANTEO Y CAPACITACIONES:
Si bien es cierto, ante el cierre temporal de las fronteras y por consiguiente la cancelación de viajes, se deberá emplear los “tiempos muertos” en replantear los objetivos a mediano y largo plazo que persigue la empresa debido al actual panorama, además de aprovechar el tiempo disponible en recibir capacitaciones en línea, que algunos grupos de consultoría y centros de capacitación ofrecen, en relación a temas como: mercadeo, atención al cliente, logística de suministros, entre otros asuntos de gestión, esta modalidad a distancia es una alternativa que viene funcionando desde hace mucho tiempo y ha dado buenos frutos en lo que a capacitación se refiere.
- MEJORAR LA INTERACCIÓN DEL EQUIPO DE TRABAJO:
Angustiarnos ante la crisis y pensar en un futuro sombrío no aporta ni soluciona nada, el optimismo debe imperar entre los colaboradores, asumiendo cada uno su rol responsablemente. Por supuesto que habrá consecuencias económicas, y ante ello, la circunstancia actual debe encontrarnos enfocados y con “cabeza fría”, para la conducción de la empresa, estableciendo los ajustes que sean necesarios. Como citaba un viejo proverbio “ningún mar en calma hizo experto a un marinero”.