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13 junio, 2025 7:01 am

Nuestros profesores – Parte II: Memorias vivas del aula

Un homenaje lleno de nostalgia a aquellos maestros, auxiliares y compañeros que marcaron la vida escolar en el querido Colegio de La Libertad de Moquegua. Historias, apodos y recuerdos que siguen vivos en el corazón.

POR: EDUARDO VEGAZO MIOVICH (PROMOCIÓN 1957)

En esta segunda entrega, continuamos evocando las memorias imborrables de nuestros años escolares. Más que nombres, fueron rostros, voces y actitudes que dejaron huella en nuestras vidas. Profesores, auxiliares y compañeros que, con su carácter y enseñanza, forjaron el espíritu de toda una generación.

EL NEGRO HERMÓGENES

“¡Un, dos, un, dos, un, dos!, ¡alto!, ¡derech, izquié, derech, izquié!”. ¡Qué épocas del deporte moqueguano! Con un lenguaje simple, pero con hechos. Qué grandes enseñanzas prácticas, físicas y psicológicas nos legó, que las tuvimos en cuenta por siempre. Curso de Educación Física: Profesor Hermógenes Arenas (“el negro Hermógenes”).

RELIGIÓN

El curso de Religión fue dictado por el sacerdote Chávez, quien de vez en cuando aparecía por la casa de mi abuelo para tomarse “más de algunos” piscos. Luego apareció por Moquegua el “cura” Angeli, quien lucía abultamientos en el pecho y la espalda. Era un italiano de carácter fuerte y solía agredir con algunos “coscorrones” o “cocachos” contra quienes no cumplían sus imposiciones para con la religión. Hasta que tuvo quienes le “hicieron su paralé”.

GETÓN BENGOA

Ah, pero además de asimilar todo lo que nos enseñaron nuestros profesores, fue necesario tener, al menos, buena o siquiera regular conducta y, de no ser así, “el hombre que no se casaba con nadie”, restaba los “puntos de conducta” a raudales. Bajito él, de rostro un tanto “colorao”, pelo ondulado peinado hacia atrás, exfutbolista y, sobre todo, buen amigo: el regente Gastón Bengoa (“el Getón Bengoa”).

TOLOLO

Victorio Badoino (“Tololo”): Auxiliar de Educación, basquetbolista del club “Ex-Alumnos”. Recordado amigo por su amabilidad y siempre buen trato.

EL CHESCHE

Don Juan Yáñez (“el Chesche”): Auxiliar de Educación, con su tradicional e inacabable saco a cuadritos blanquinegros, similar al plumaje de las gallinas “chesche”. Pasaba “colerones” a diario… con las palomilladas o travesuras de los muchachos. Pero parece que se acostumbró a eso…

CHUPATETA

Nelson Amézquita (“Chupateta”): Auxiliar de Educación, siempre risueño, sereno y conversador como él solo, y gran amigo.

MAX

Maximiliano (“Maxi”) Juárez: Auxiliar de Educación, de carácter amigable, sereno, sonriente muy a menudo y, sobre todo, amigo.

LOS ADMINISTRATIVOS

Las regocijantes libretas de notas en azul en algunos casos, y otras veces temidas en rojo, salían de la oficina a cargo del Sr. Julio Risco y de la secretaria Elisa Candiotti.

Recordamos, también, al Sr. Walter De La Flor y la Srta. Roma Acerbo en su oficina de Administración. Respetables personas.

La biblioteca, ubicada al fondo de uno de los corredores con vista a la piscina, estuvo bajo el control de Luz Valdivia, dama de gran amabilidad.

Nunca olvidaremos a Francisco Fala (“el Cholo Fala”), nuestro querido portero del colegio y las bromas que pacientemente nos soportaba.

COMPAÑEROS DE PROMOCIÓN

Todos sabemos que en nuestro queridísimo Colegio de La Libertad se formaron muchas generaciones de estudiantes, amigas y amigos, que alcanzaron destacadas posiciones como profesionales, militares, políticos, oficios diversos y también muchos de ellos, sin haber seguido estudios superiores, han destacado en el transcurrir de la vida, como excelentes trabajadores, en la agricultura, en el deporte, en la música, etc.

No voy a mencionar a tantas compañeras y compañeros de mi promoción, porque temo no recordar a todos, pero sí es un placer rememorar aquellos tiempos inolvidables de cuando hinchábamos el pecho por el orgullo de llevar el uniforme e insignia de estudiantes del Colegio Nacional de La Libertad y por ser jugadores del Simón Bolívar (equipo de fútbol del mismo centro estudiantil), que siempre serán nuestros y estarán muy adentro de nuestros corazones. Todo ello no es sólo un recuerdo, porque cómo puedo llamar “recuerdo” a algo que está presente siempre en mi corazón.

Análisis & Opinión