POR: LIC. ADM. DAVID DIEGO OVIEDO TURPO
La campaña navideña del 2025 llega en un momento en el que la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa tecnológica para convertirse en una herramienta cotidiana y estratégica para las empresas peruanas. Desde grandes retailers hasta pequeños emprendimientos, la IA está redefiniendo cómo se planifican, ejecutan y optimizan las acciones comerciales durante la temporada más intensa del año. En un mercado altamente competitivo, volátil y sensible al precio, la pregunta ya no es si se debe usar IA, sino cómo utilizarla con inteligencia y creatividad.
Uno de los mayores aportes de la IA para la Navidad peruana es la predicción del comportamiento del consumidor. Las plataformas analíticas pueden identificar patrones de compra según regiones, horarios, niveles socioeconómicos y preferencias emergentes. Esto permite detectar con anticipación qué productos tendrán mayor demanda, qué promociones serán más efectivas y qué mensajes conectarán mejor con el público. Para un país con realidades tan diversas como el Perú, esta capacidad de segmentación fina es una ventaja estratégica enorme.
Otro cambio significativo es la automatización creativa. Hoy, herramientas de IA generativa pueden diseñar anuncios, redactar copys, crear videos cortos para TikTok o Reels y sugerir variaciones de colores, formatos y llamados a la acción. Esto reduce tiempos de producción y permite lanzar campañas más dinámicas y personalizadas sin aumentar costos. La IA no reemplaza la creatividad humana, pero sí acelera la capacidad de experimentar y adaptar campañas en tiempo real.
Además, el uso de chatbots conversacionales se ha convertido en un soporte clave durante diciembre. En una temporada donde las consultas se multiplican, contar con asistentes virtuales capaces de resolver dudas sobre entregas, promociones, horarios o cambios, disminuye la carga operativa y mejora la experiencia del cliente. Esto es especialmente útil para emprendimientos y negocios medianos que no pueden mantener grandes equipos de atención.
Sin embargo, no todo es automatizar. Una Navidad “inteligente” también implica responsabilidad: respetar datos personales, evitar la saturación publicitaria y mantener la empatía en cada interacción. La IA debe potenciar la cercanía con el cliente, no reemplazarla.
La Navidad del 2025 no solo es más digital; es más inteligente, y las marcas que sepan combinar IA con creatividad y empatía serán las que conecten mejor con los consumidores peruanos.
