Pese al reciente reconocimiento internacional del perro pastor Chiribaya como raza canina originaria del Perú, ninguna autoridad en Moquegua ha mostrado interés en su conservación o en gestionar su declaratoria como patrimonio cultural de la Nación.
El arqueólogo Luis Gonzales Peñaranda, director de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Moquegua, señaló que hasta la fecha ninguna municipalidad ha expresado de manera formal su intención de promover medidas para proteger al perro pastor Chiribaya.
«Las municipalidades tienen la responsabilidad de impulsar estas iniciativas y acompañar el proceso con la asesoría de los organismos competentes. Sin una iniciativa clara, no se puede avanzar», afirmó.
La única acción proviene de la consejera regional Grecia Mamani Ascencio, quien ha presentado un proyecto de ordenanza regional para reconocer oficialmente al pastor Chiribaya en el ámbito local. Sin embargo, no existen avances concretos desde las instancias municipales.
Esta raza fue identificada en 2006 por la arqueóloga y exministra de Cultura, Sonia Guillén, quien halló más de 40 restos de estos canes en contextos funerarios de la cultura Chiribaya, en la antigua hacienda Chiribaya, ubicada en el distrito de El Algarrobal, provincia de Ilo. Los estudios determinaron que los perros eran criados como pastores de llamas y ocupaban un lugar especial dentro de la sociedad preincaica.
El reciente reconocimiento otorgado por la Federación Canina Americana refuerza el valor patrimonial del perro pastor Chiribaya, pero su protección efectiva aún depende de decisiones que las autoridades locales.
