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22 noviembre, 2024 11:54 am

Moqueguanos en la Constituyente de 1867

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)     

Sin lugar a dudas, en Moquegua han nacido hombres y mujeres que se han destacado en todos los campos, y el de la política no ha quedado fuera de los hijos, primero, e hijas, después, de ese departamento, que han participado desde el siglo XIX, en la dinámica de la captura del poder, en cada convocatoria a elecciones generales, y elecciones municipales.

En cada proceso electoral se miden las fuerzas políticas que se disputan la captura del poder, y como cabezas de listas se ubica a personas cuya existencia no es desconocida por la ciudadanía, y para esto se usan una serie de mecanismos asociados a la propaganda política, que funciona de manera parecida a la publicidad comercial, que induce al consumo de determinados productos.

La propaganda política se vale de estrategias conocidas por los ciudadanos/as, ya lejos del tiempo del pisco y de la butifarra, aunque a veces esas tomas de decisiones se han visto influidas por las circunstancias del momento, primando asuntos emocionales, como ocurrió en 1866, y en otros procesos para delegar poder a las autoridades.

Para determinar el lugar que ocupan las personas y las familias en la pirámide de la estratificación, se relaciona el elemento social, con el prestigio que lleva al reconocimiento manifiesto de la ciudadanía por alguien. El prestigio se constituyó en una herramienta de posicionamiento de los candidatos, aunque el poder político circule como una mercancía, necesitándose de inversión en propaganda en otros tiempos: la prensa escrita, y el uso de volantes, papeletas, pregoneros, cartillas de difusión, y de la violencia, no pocas veces presente en los procesos del siglo XIX.

Mariano Ignacio Prado, presidente en más de una ocasión, tuvo un prestigio asociado a la defensa de la patria en la Guerra con España, su levantamiento en contra del tratado Vivanco Pareja, lesivo para los intereses del país, y su protagonismo en la contienda que terminó en una victoria peruana y sudamericana, el 2 de Mayo de 1866, lo catapultaron, aureolándolo de prestigio en todo el Perú.

Desde 1857, el Departamento de Moquegua estaba integrado por las provincias de Moquegua, Arica, Tacna y Tarapacá, teniendo como capital a la ciudad de Tacna. En 1866, se convocó a un proceso electoral para un Congreso Constituyente, del que contamos con información sobre los resultados en Moquegua, y en todo el sur peruano, por publicaciones sobre ganadores en el Poder Legislativo, en todo el interior peruano.

Las elecciones se llevaron a cabo en noviembre de 1866, y pese a que los resultados electorales se previeron para enero de 1867, desde el interior daban como ganador absoluto del proceso, a Prado, a quien su bien ganado prestigio lo elevó en esta ocasión, y en los años siguientes, a ser presidente de todos los peruanos.

Fueron elegidos representantes por el departamento de Moquegua, y accedieron al Congreso de la República en 1867, durante el gobierno de Mariano Ignacio Prado, los diputados: Federico Iladoy, por Arica; Ignacio Zapata, por Moquegua; Carlos Basadre Isarnótegui por Tacna; y José Morales Bermúdez por Tarapacá.

El político José Morales Bermúdez nació en San Andrés de Pica, Tarapacá. Fue hijo de Manuel Morales y Vera y de Catalina Bermúdez y Soto-Alciato, siendo hermano del futuro presidente de la República, Francisco Morales Bermúdez.

El Congreso expidió la Constitución de 1867, la octava en el Perú, durando apenas hasta enero de 1868, como consecuencia de la revolución de José Balta contra Mariano Ignacio Prado. Balta había sido perdedor en el proceso electoral de 1866, Luego gobernaría el Perú, hasta su asesinato en 1872; su protagonismo en la revolución que comenzara en Chiclayo, lo llevó al triunfo en el proceso, en el que siendo militar, vestía como civil, estrategia que contribuyó a su triunfo.

Análisis & Opinión