POR: DR. JAVIER FLORES AROCUTIPA
Singapur, en el año 1950, tenía un PBI per cápita de 100 dólares, mientras que Perú lograba 500 dólares per cápita. Hoy, después de 74 años, se evidencia que las políticas económicas, la lucha contra la corrupción, el énfasis en el capital humano y la constante atracción de inversión extranjera han permitido que Singapur alcance un PBI per cápita de 84,000 dólares por persona, mientras que Moquegua llega a 16,000 dólares con minería, y sin minería solo a 4,200 dólares.
El promedio de escolaridad en Moquegua es de 9.8 años, con una tasa de matriculación en educación terciaria de aproximadamente el 40%. Singapur, sin embargo, cuenta con uno de los sistemas educativos más avanzados del mundo, altas tasas de matriculación en educación terciaria y un promedio de escolaridad de 12.8 años. La educación es un pilar fundamental en su desarrollo económico.
Moquegua presenta una tasa de mortalidad infantil de 12.1 por cada 1,000 nacidos vivos, con variaciones según la región. En contraste, Singapur tiene una tasa de mortalidad infantil muy baja (1.5 por cada 1,000 nacidos vivos) y un sistema de salud de alta calidad. La cobertura de vacunación es prácticamente universal.
Moquegua tiene un índice de desarrollo humano de 0.59, lo que indica que un niño nacido hoy alcanzará el 59% de su potencial productivo si recibe educación y salud completas. Por otro lado, Singapur lidera con un índice de 0.88.
La comparación revela diferencias notables en los indicadores de capital humano entre la región de Moquegua y Singapur. Singapur ha logrado desarrollar un capital humano altamente calificado y saludable, lo que ha sido clave en su transformación hacia una economía avanzada y competitiva a nivel mundial.