POR JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEOP ILO)
En la época colonial y la gran parte de la Republica Moquegua destacaba por la exclusiva variedad de productos agrícolas. Si bien no eran inmensos espacios para la agricultura, si era un oasis en la inmensidad del desierto debido a la escases del agua y las infaltables sequias o inundaciones por causa del fenómeno del Niño de aparición periódica.
La proximidad de los Andes al Océano Pacifico determinaron una sierra accidentada a altos niveles del mar y en costa la corriente de Humboldt de agua frías influyó para la presencia de frecuentes brisas marinas originando la presencia de Lomas cubiertas de vegetación silvestre propia de la zona.
Moquegua ingresó a mediados del siglo XX a la producción minera, las ciudades crecieron y lo rural decrece, la migración fue constante y se internacionalizo la economía. Comienza la controversia entre los intereses agrícolas y los mineros y el agua sigue siendo escasa. Se tenía tres posibilidades de incrementar las hectáreas para la agricultura: irrigar las Lomas de Ilo y las pampas de la Clemesi, ampliar la frontera agrícola del valle de Moquegua.
Como sabemos este es un sueño frustrado hasta ahora por una serie de factores y actualmente nuestro departamento es el penúltimo en la participación del Producto Bruto Interno agrícola (PBI-Ag) del país. Solo superamos a la provincia portuaria del Callao y eso demuestra que estamos bien deficientes en áreas agrícolas y productividad. Y Moquegua tiene productos bandera que destacan por su calidad y valor agregado que cuanto otros quisieran: paltas hash, damascos, camuesas, orégano, uvas, higos, aceitunas, fresas, papas carumeñas, omateñas, guayabas entre tantos que se deben al clima, la tierra y la tradición milenaria.
Si hemos vivido periodos de bonanza con el incremento del canon y actualmente algunos distritos próximos a las minas están atosigados de presupuestos porque no saben cómo gastarlos llegando al caso de cada cierto tiempo reconstruyen los canales de agua que hace poco tiempo construyeron: ¿Por qué no crece la producción agrícola?
La estadística del INEI señala que en un poco más de una década la producción agrícola solo creció en promedio un 2.5% lo que resulta un chiste si se toma en cuenta que si ha habido inversión en el sector agricultura (Grafico). Como hemos visto agrícolamente somos muy poco en el escenario nacional, pero si crece la empleocracia de las gerencias y áreas en los gobiernos locales, gobierno regional, en el Proyecto Especial Regional Pasto Grande (PERPG), la Gerencia de Agricultura de Moquegua asombrosamente para anotarlo en los récords de Guinness.
Es el momento de cambiar, empecemos a presionar para que la irrigación de Lomas de Ilo el próximo año ya comience a recibir la bendita agua y por supuesto investigar a fondo quienes son los corruptos que festinaron y encarecieron el proyecto. Aperturemos el debate del porque no se puede irrigar las pampas de la Clemesí, saber cuáles son los cuellos de botella. Preguntarnos también como podemos superar las dificultades para la construcción de las represas en las partes altas de nuestro departamento como el de Paltiture y otras, como superamos el bloqueo constante puneño a estas obras.
Es importante que el tema de la agricultura ingrese en la agenda del desarrollo para el próximo Bicentenario, otros departamentos lo están haciendo bien e incluso con poca agua como Ica que ha incrementado su producción agrícola e incluso para la exportación. Según Lampadia el Perú ha comenzado a mejorar la agricultura en 3.2%, agrega que las exportaciones de frutas y hortalizas hacia la China han crecido porque hemos aprendido a incorporar la tecnología y de a pocos estamos superando en exportaciones a Chile en espárragos, quinua, uva y otros. Agreguemos que la agricultura familiar, principalmente de la sierra y el minifundio, provee el 70% de los alimentos que consumen los peruanos.