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18 octubre, 2024 3:26 pm

Moquegua: competitividad y realidades económicas

POR: JORGE CUBA CASTRO

PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE ILO

Moquegua se posiciona como la segunda región más competitiva del país. Según el INCORE 2023 (Índice de Competitividad Regional), ocupa el primer lugar en los pilares de entorno económico e instituciones, el segundo en laboral y educación, y el cuarto en infraestructura y salud. Estos indicadores sugieren una fuerte presencia del Estado con grandes inversiones públicas y políticas efectivas para reducir las brechas en servicios básicos. Sin embargo, la realidad dista mucho de esta percepción.

La provincia de Ilo y Moquegua en general han experimentado una notable indiferencia por parte del Estado. El verdadero motor de estos indicadores ha sido la inversión privada. Proyectos como la construcción de Quellaveco, con una inversión superior a los 6,500 millones de dólares; la ampliación de Cuajone (Southern Perú), con 850 millones de dólares; la construcción de la mina San Gabriel, con más de 500 millones de dólares; y la proyectada ampliación de la refinería de Ilo, con una inversión de aproximadamente 1,300 millones de dólares, han dinamizado la economía regional.

Sin estas significativas inversiones y su impacto en la generación de empleos directos e indirectos y la demanda de productos y servicios conexos, Moquegua estaría entre los últimos lugares en el ranking de competitividad. En contraste, las inversiones del Estado nacional en proyectos de gran envergadura han sido prácticamente inexistentes, penalizando injustamente a una región que genera grandes ingresos por concepto de impuesto a la renta.

En Ilo, la modernización portuaria sigue en compás de espera. Además, la única aerolínea que operaba vuelos comerciales a esta ciudad cerró sus operaciones, dejando al aeropuerto local como un verdadero elefante blanco. A esto se suma la falta de una circunvalación que permitiría mejorar la conectividad y el flujo de transporte, aspecto crucial para el desarrollo económico y social de la región. Somos una ciudad con un puerto que no recibe inversión y no es competitivo, a pesar de ser un punto vital para la salida de minerales y el comercio boliviano.

El puerto de Ilo podría manejar una gran cantidad de exportaciones de minerales. Se estima que el volumen de importación y exportación boliviana a través de Ilo superó las 101,000 toneladas métricas registradas en 2022. Asimismo, ENAPU S.A. ha superado las 640,000 toneladas en carga en el puerto de Ilo en el mismo periodo. Según la Administración de Servicios Portuarios de Bolivia (ASP-B), se gestionará la exportación de 11 millones de toneladas de hierro por el puerto peruano de Ilo, con destino a China. Así lo expresó el 21 de marzo de 2024 el gerente ejecutivo de la entidad estatal, Dante Justiniano. Todo ello destaca la importancia de mejorar la infraestructura portuaria para facilitar el comercio regional.

El impulso por un desarrollo peruano descentralizado ha estado presente en el discurso político del actual gobierno, pero es una tendencia temporal que no se alinea con la realidad. Moquegua es una de las regiones con mayor aporte a la economía nacional debido a las actividades mineras y de generación de energía gracias a la inversión privada. El proyecto de la Terminal del Puerto de Chancay ha sido el foco de atención del gobierno, con una inversión privada inicial que alcanzó decenas de miles de millones de dólares. Sin embargo, la zona de mayor influencia es Lima, que se encuentra a solo unos kilómetros de distancia. En Moquegua, las inversiones ya superan los seis mil millones de dólares para la mina Quellaveco. Southern Peru estima ocho mil millones de dólares para la ampliación de Cuajone y otras decenas de miles de millones para la modernización de la fundición en Ilo. Sin embargo, no existe inversión por parte del Estado en el sector portuario. 

Nos encontramos frente a una flagrante desidia del Estado, que ha renunciado a su obligación de realizar grandes inversiones en nuestra región, delegando esta responsabilidad a la iniciativa privada. Lo que necesitamos es un Estado que promueva inversiones, pero que también lidere proyectos inyectando recursos frescos para potenciar la posición geoestratégica de nuestro puerto y garantizar un desarrollo sostenible para todos los moqueguanos.

Análisis & Opinión