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21 octubre, 2024 6:29 pm

Monseñor Carlos Castillo: un nuevo cardenal progresista

Los que hemos estado y estamos ligados históricamente a la iglesia católica y tenemos formación y militancia en la misma, sabemos que hay dos tipos de tendencias en la iglesia…

POR: ABOG. JESÚS MACEDO GONZALES     

El Papa Francisco ha tomado una extraordinaria decisión al elegir a monseñor Carlos Castillo como Cardenal del Perú, quien ya se desempeñaba como obispo. Esto es una buena noticia porque tendremos una voz profética fuerte, clara y sencilla sobre los temas sociales de nuestra realidad, como lo hace él cada domingo en sus homilías de la catedral de Lima, donde escucharlo es un refrescamiento espiritual y social.

Los que hemos estado y estamos ligados históricamente a la iglesia católica y tenemos formación y militancia en la misma, sabemos que hay dos tipos de tendencias en la iglesia: la iglesia liberadora, progresista, que asume la opción preferencial por los pobres desde los años 80 y que pelea en contra de las injusticias sociales conforme a lo que manda la Doctrina Social de la Iglesia, y la iglesia conservadora, que no quiere cambios sociales y que asume que construir el reino de Dios es no involucrarse en asuntos mundanos y solo estar vinculados al ámbito espiritual, alabando y cantando a Dios en el templo.

Por suerte, el nuevo cardenal Carlos Castillo es bachiller en ciencias sociales y licenciado en teología, y forma parte de esa iglesia progresista, que, cual voz profética, anuncia el evangelio para traer la buena nueva o denunciar las injusticias donde corresponde. Solo basta recordar las veces en que el obispo Castillo, y ahora Cardenal, hizo renegar a la actual presidenta Dina Boluarte cuando le decía sus verdades en algunas homilías, lo que llevó a que la presidenta tuviera su propia misa con su capellán militar, quien no la critique ni le diga nada.

A propósito de que el Congreso ha sacado varias leyes en las cuales se recorta el plazo de prescripción cuando se persigue un delito, recorta los procesos de colaboración eficaz, impide incautar material usado en la minería ilegal, excluye a los partidos políticos de responsabilidad penal, limita la labor de investigación de la fiscalía y promueve la impunidad para terroristas y exmilitares que hayan cometido delitos, ya el nuevo Cardenal habló claro y dijo: “aquí el problema es que hay indiferencia hacia los problemas humanos de la gente y signos de complicidad con el mal. Invito personalmente y como iglesia a recapacitar y reformular esas leyes, sobre todo por el principio que está siendo violado, que es el de cuidar a las personas. Hago un llamado a nuestros hermanos a que escuchen la voz del pueblo, que escuchen la voz de Dios, sobre todo si son creyentes”.

Lamentablemente, señor Cardenal, así fueran creyentes los congresistas, tengo la impresión de que ellos son, tal vez, la otra versión de la iglesia conservadora a la que hacía referencia al inicio. No obstante, hay que recordar que estos proyectos de ley han sido promovidos por las bancadas de Castillo y de Fujimori, justo los partidos que tienen problemas con la ley. ¿Qué coincidencia, no?

Mientras tanto, estoy seguro de que monseñor Castillo, cual Cristo moderno, antes desde la calle y hoy desde la iglesia, seguirá diciéndoles a los fariseos de este tiempo: “hipócritas, sepulcros blanqueados por fuera, cuando por dentro están que se pudren”. Mientras tanto, da gusto tener una iglesia cercana a la gente como el Papa Francisco o como Monseñor Castillo, nuevo cardenal.

Análisis & Opinión