POR: DR. PHD. JAVIER FLORES AROCUTIPA
Las recientes declaraciones del ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, sobre la prioridad de la minería frente a la agricultura, encuentran respaldo en la estructura de la recaudación tributaria. Los datos muestran con claridad cuáles son los sectores que sostienen en mayor medida al erario nacional y, por tanto, financian las políticas públicas.
LA MINERÍA, PILAR FISCAL
De acuerdo con cifras de la SUNAT para el período comprendido entre 2005 y agosto de 2025 (21 años), el sector Minería e Hidrocarburos aportó en conjunto S/ 267,015,779,122 (doscientos sesenta y siete mil quince millones setecientos setenta y nueve mil ciento veintidós soles).
Dentro de este rubro, la minería representó el núcleo dominante con S/ 199,818,455,558 (ciento noventa y nueve mil ochocientos dieciocho millones cuatrocientos cincuenta y cinco mil quinientos cincuenta y ocho soles), mientras que los hidrocarburos contribuyeron con S/ 67,197,323,563 (sesenta y siete mil ciento noventa y siete millones trescientos veintitrés mil quinientos sesenta y tres soles).
EL APORTE DEL AGRO
En contraste, el sector agropecuario —que engloba la actividad agrícola, pecuaria y de silvicultura— registró un aporte acumulado de S/ 21,762,477,381 (veintiún mil setecientos sesenta y dos millones cuatrocientos setenta y siete mil trescientos ochenta y uno) en el mismo periodo.
La comparación permite afirmar que solo la minería, sin incluir hidrocarburos, generó 17.95 veces más que la agricultura y 9.18 veces más que todo el sector agropecuario junto.
MÁS ALLÁ DE LOS NÚMEROS
Estos resultados refuerzan el argumento del ministro Manero: los ingresos provenientes de la minería son decisivos para la estabilidad fiscal del país y, en teoría, podrían canalizarse al fortalecimiento de otros sectores, como la agricultura.
Sin embargo, si bien la minería representa más del 70% de la recaudación entre los sectores estratégicos analizados, la agricultura y la pesca cumplen funciones esenciales en seguridad alimentaria, empleo rural y cohesión social. La minería no sustituye esos beneficios, aunque sí puede convertirse en su principal financista. Una política equilibrada debería reconocer que los ingresos mineros pueden financiar infraestructura, riego y tecnología agrícola, pero sin descuidar el rol estratégico del agro.