24.4 C
Moquegua
15.5 C
Ilo
33.4 C
Omate
21 C
Arequipa
16.8 C
Mollendo
13 agosto, 2025 11:57 am

Martín Vizcarra ha demostrado que cuenta con la logística para tomar un avión privado y fugar del país

Porque lo que vimos en Santa Rosa no fue una visita de cortesía: fue un simulacro de fuga.

POR: ABOG. LUIS MIGUEL CAYA SALAZAR     

Martín Vizcarra, el expresidente que insiste en presentarse como “perseguido político”, acaba de dejar al descubierto algo que debería encender todas las alarmas en el Ministerio Público y el Poder Judicial: tiene la logística, los contactos y los recursos para tomar un avión privado y salir del país en cuestión de horas.

El pasado fin de semana, Vizcarra aterrizó en la isla fronteriza de Santa Rosa, en la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil. No llegó en bote fluvial, como lo haría cualquier visitante común desde Iquitos. Llegó en avioneta privada. Fotos y videos captados por pobladores confirman la maniobra: aeronave pequeña, aterrizaje en pista de frontera, bajada rápida y presencia breve en el lugar.

Un vuelo privado desde Iquitos a la zona de frontera no es barato: cuesta en promedio 25 mil dólares. Es decir, no se trata de un capricho, sino de una logística que requiere financiamiento y coordinación previa.

La pregunta es obvia: ¿quién pagó ese vuelo? Vizcarra no es un empresario exitoso ni un profesional en ejercicio que justifique ingresos para estos lujos. Está procesado por cohecho pasivo propio y enfrenta un juicio que, según todo indica, terminará en una sentencia condenatoria. La fiscalía ya ha solicitado prisión preventiva para asegurar que no burle la justicia.

Pero su viaje a Santa Rosa deja en claro que tiene la capacidad de moverse por aire, a través de zonas fronterizas, sin control estricto de migraciones. Exactamente el tipo de logística que usaría cualquier procesado para fugar. Y no es un temor teórico: existe un informe de inteligencia policial que ya advertía sobre posibles coordinaciones con Bolivia y Brasil para pedir asilo político, siguiendo el libreto de Nadine Heredia.

Mientras Vizcarra sonríe y se toma fotos con simpatizantes en mítines improvisados, las autoridades parecen no comprender que este hombre ya les ha hecho una demostración práctica de cómo podría dejar el país sin pisar un aeropuerto internacional. No sería fuga, sería simple continuidad de lo que ya está ensayando.

La justicia no puede alegar sorpresa si, el día que se dicte sentencia, Vizcarra aparece dando entrevistas en La Paz o Brasilia. El costo de un vuelo privado, el acceso a pistas de frontera y el respaldo económico y político que aún conserva son ingredientes suficientes para que, de un día para otro, se convierta en prófugo internacional.

Si el Poder Judicial realmente quiere asegurar que el juicio llegue a su fin y la sentencia se cumpla, no basta con un impedimento de salida del país. Con las pruebas en video de su llegada en avioneta a la frontera, la prisión preventiva no es un exceso, es una necesidad de Estado.

Porque lo que vimos en Santa Rosa no fue una visita de cortesía: fue un simulacro de fuga.

Vizcarra, relajado y sonriente en la avioneta privada rumbo a la triple frontera. Comodidad asegurada… pero la pregunta sigue en el aire: ¿Quién pagó el vuelo?

Análisis & Opinión