POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA
A inicios del mes de julio de 2022, la entonces Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, presentó al Equipo Especial de Fiscales contra la corrupción del poder (EFICCOP), designando como Coordinadora a Marita Barreto, encargándose -a tiempo completo- a investigar a quienes cometiesen delitos de corrupción y otros vinculados al ejercicio del poder. Pasó un tiempo, sin resultado visible alguno, más allá de histriónicas frases como “estamos avanzando en las pesquisas”, aunque la realidad mostrase lo contrario. Eso sí, emergía un protagonismo exacerbado de Barreto Rivera, especialmente cuando le ponían un micrófono para declarar ante cierto sector de la prensa.
Seguían transcurriendo los meses, la señora Benavides Vargas fue abusivamente destituida por una cuestionada Junta Nacional de Justicia, cuyos miembros eran en su mayoría de corte caviar, y la otrora poderosa Fiscal Barreto dizque continuaba “avanzando”, eso sí en brindar apreciaciones a los medios de comunicación, para nuevamente jurar que pronto recibiríamos noticias positivas. Ya para ese momento, la controvertida Marita trastabillaba en sus respuestas ante las cámaras, dando a entender vago conocimiento del derecho (por ejemplo, en octubre de 2022 afirmó temerariamente que el imputado debe demostrar su inocencia, cuando sabemos perfectamente que es al revés, de acuerdo a la Constitución Política).
Hasta que, en la primera semana de octubre pasado, la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público la suspendió por 6 meses, al haber revelado la identidad de un testigo protegido, siendo retirada del cargo casi de inmediato. En respuesta, o mejor dicho haciendo pataleta, aseveró que esta decisión “contribuye en desestabilizar el trabajo y los casos que tiene a cargo el Equipo Especial contra altos funcionarios de Estado investigados por graves actos de corrupción”. En resumen, asumió ser irremplazable.
El tiempo continuó y el 13 de los corrientes, la Fiscal de la Nación desactivó la EFICCOP. Raudamente, Delia Espinosa salió al frente para desmentir dicha información; sin embargo, revisado El Peruano, advertimos que la Resolución Fiscal reza, entre otros, lo siguiente: “Incorporar el personal fiscal (fiscales provinciales y fiscales adjuntos provinciales) y el personal administrativo que conforma el Equipo Especial de Fiscales contra la corrupción del poder a la Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios”.
Deducimos que esta soberana determinación no debió ser del agrado de la cuestionada fiscal, pues el viernes último emitió un extenso comunicado dirigido a sus ex condiscípulos, exigiéndoles “no dejarse avasallar por la tiranía y la infamia del poder corrupto», agregando «…. mi profundo reconocimiento y felicitación por haber cumplido nuestra labor con lealtad a nuestras instituciones (…). Nadie mejor que nosotros sabe del deber cumplido, lo que significó luchar frontalmente contra la corrupción en el poder (…). Por ello, hemos sido perseguidos, amenazados, chantajeados, desprestigiados, difamados, denunciados, aún a costa de la venganza del poder corrupto, nuestras convicciones se mantienen intactas». Literalmente, Marita haciendo proselitismo político.
Fiel a sus deplorables costumbres de irrespeto a la línea de autoridad, Marita Barreto prosigue en cosechar más anticuerpos, forzando en su debido momento a que sus socios progres dejen de protegerla, además de provocar que oportunamente los actuales representantes de la JNJ la retiren definitivamente de la función pública.