POR: PH.D. ING. AVID ROMAN-GONZALEZ
Un estudio publicado recientemente en la revista American Journal of Pathology, con el título “Exploring Vascular Contributions to Cognitive Impairment with Focus on Small-Vessel Disease of White Matter and Micro/Nanoplastics”, sugiere que la exposición a microplásticos podría estar involucrada en el desarrollo de la demencia vascular, una de las formas más comunes de demencia.
El trabajo, liderado por la neuropatóloga Elaine Bearer, de la University of New Mexico (EE. UU.), revisó análisis microscópicos de vasos sanguíneos cerebrales de personas con demencia. Se detectaron fragmentos diminutos de plástico (micro y nanoplásticos) depositados en los tejidos vasculares cerebrales, lo que abre una nueva línea de investigación sobre cómo estos contaminantes podrían afectar la salud cerebral.
Los autores de la investigación identificaron una correlación entre la presencia de partículas de plástico en vasos cerebrales y el grado de deterioro cognitivo en personas con demencia vascular.
Los microplásticos podrían contribuir a los daños vasculares que generan la demencia vascular: engrosamiento de arterias, microhemorragias, miniepisodios de ictus silencioso, todos factores ya identificados en esta enfermedad.
El estudio señala que este hallazgo no se relacionó con síntomas depresivos, lo cual permite diferenciar el efecto de la exposición a microplásticos del de otras causas más conocidas de demencia.
La demencia vascular afecta a millones de personas en el mundo y representa un reto creciente para los sistemas de salud en países con poblaciones geriátricas. Este nuevo hallazgo sugiere que los microplásticos, hasta ahora más asociados a la contaminación ambiental y a efectos en otros órganos, podrían estar jugando un papel directo en enfermedades neurológicas.
Para países como el Perú, en donde la carga de demencia se estima en aumento, la investigación abre la puerta a nuevas estrategias preventivas: reducción de la exposición a microplásticos, monitoreo de contaminación, estudios epidemiológicos locales y políticas públicas que integren la salud ambiental con la salud neurológica.
Aunque los resultados muestran indicios, los autores señalan que se trata de una revisión preliminar y que no se ha establecido una causalidad directa entre microplásticos y demencia vascular.
Es necesario seguir investigando, hacer más experimentación, desarrollar estudios longitudinales, seguimiento de pacientes y análisis de exposición a microplásticos en poblaciones diversas.
Asimismo, la detección de estas partículas en tejidos cerebrales requiere técnicas muy especializadas, lo que limita hoy su aplicación clínica inmediata.
La revisión científica pone en evidencia que los microplásticos podrían ser un factor no considerado hasta ahora en las enfermedades neurológicas de origen vascular. Este hallazgo, aunque preliminar, nos llama a replantear los riesgos de la contaminación plástica y sus efectos sistémicos. Para la comunidad científica peruana y latinoamericana, representa un aviso para fortalecer la investigación conjunta entre salud ambiental y neurología, así como para desarrollar políticas públicas que reduzcan los contaminantes invisibles y protejan la salud cerebral de las generaciones futuras.

